lunes, 13 de julio de 2009
Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo de gloria del Señor, ...
"Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo de gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor" (2 Cor. 3: 18). Contemplar a Cristo significa estudiar su vida tal como se presenta en su Palabra. Debemos cavar para encontrar la verdad como si fuera un tesoro escondido. Debemos fijar los ojos en Cristo. Cuando lo recibimos como nuestro Salvador personal, nos da valor para acercarnos al trono de la gracia. Mediante la contemplación nos transformamos, y nos asemejamos moralmente al perfecto en carácter. Al recibir su justicia imputada mediante el poder transformador del Espíritu Santo, llegamos a ser semejantes a él. Albergamos la imagen de Cristo y ella se apodera de todo nuestro ser.-SDABC6 1098.
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