lunes, 27 de julio de 2009

PARA MEDITAR

2 Timoteo 3

1 También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.
2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,
3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno,
4 traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios,
5 que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.


HIJOS E HIJAS DE DIOS
Compilación de los escritos de ELENA G. DE WHITE



EL ESPÍRITU VIVIFICA
El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os
he hablado son espíritu y son vida. Juan 6: 63.
Sólo el Espíritu de Dios puede vivificar las facultades de percepción. Carta 49,
1896.
Unicamente a aquellos que esperan humildemente en Dios, que esperan su
dirección y gracia, se da el Espíritu. Esta bendición prometida, pedida con fe, trae
consigo todas las demás bendiciones. Se da según las riquezas de la gracia de
Cristo, y está lista para abastecer toda alma según su capacidad de recepción.
El impartimiento del Espíritu es el impartimiento de la vida de Cristo. Únicamente
aquellos que son así enseñados por Dios, únicamente aquellos en cuyo interior
obra el Espíritu, y en cuya vida se manifiesta la vida de Cristo, pueden ocupar la
posición de verdaderos representantes del Salvador.
Dios toma a los hombres como son, y los educa para su servicio, si ellos quieren
entregarse a él. El Espíritu de Dios, recibido en el alma, vivifica todas sus
facultades. Bajo la dirección del Espíritu Santo, la mente, consagrada sin reservas
a Dios, se desarrolla armoniosamente, y queda fortalecida para comprender y
cumplir lo que Dios requiere. El carácter débil y vacilante se vuelve fuerte y firme.
La devoción continua establece una relación tan íntima entre Jesús y sus
discípulos, que el cristiano se vuelve más semejante a su Maestro en carácter.
Tiene una visión más clara y amplia. Su discernimiento es más penetrante, su
criterio mejor equilibrado. Queda tan avivado por el poder vivificador del Sol de
justicia, que es habilitado para llevar mucho fruto para gloria de Dios.- OE 302,
303. 36

BENDICIONES

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