martes, 10 de noviembre de 2009

Un pecado común pero grave

Un pecado común pero grave
210*. El sobrecargar el estómago es un pecado común, y cuando se usa demasiado alimento, el sistema entero resulta agobiado. La vida y la vitalidad, en vez de mejorar, decrecen. Es así como Satanás planea que hagan las cosas. El hombre utiliza sus fuerzas vitales en trabajo innecesario para disponer de una excesiva carga de alimento.
Al tomar mucho alimento, no solamente malgastamos impróvidamente las bendiciones de Dios, provistas para las necesidades de la naturaleza, sino que causamos un gran daño a todo el organismo. Mancillamos el templo de Dios. Este resulta debilitado e incapacitado; y la naturaleza no puede realizar bien su trabajo y en forma sabia, de acuerdo con la manera en que Dios hizo provisión. Debido a la complacencia egoísta de su apetito, el hombre ha oprimido el poder de la naturaleza obligándola a hacer un trabajo que nunca se debiera exigir de ella.
Si todos los hombres estuvieran familiarizados con la viviente maquinaria humana, no serían culpables de hacer esto, a menos que, por supuesto, amaran la complacencia propia tanto que continuaran su proceder suicida y tuvieran una muerte prematura, o vivieran por años como una carga para sí mismos y para sus amigos.

Consejos Sobre El Régimen Alimenticio

`` Porque Jehová ama la rectitud, Y no desampara a sus santos. Para siempre serán guardados; Mas la descendencia de los impíos será destruida. ``

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