Cuando nos mostramos humildes y contritos, nos encontramos en situación en
que Dios puede y quiere manifestarse a nosotros. Le agrada que evoquemos las
bendiciones y los favores ya recibidos como motivos para que nos conceda aun
mayores bendiciones. Colmará las esperanzas de quienes en él confían por
completo. El Señor Jesús sabe muy bien lo que necesitan sus hijos y cuánto poder
divino asimilaremos para bendición de la humanidad, y nos concede todo lo que
estemos dispuestos a emplear para beneficiar a los demás y ennoblecer nuestra
propia alma.
Debemos tener menos confianza en lo que por nosotros mismos podemos hacer,
y más en lo que el Señor puede hacer para nosotros y por medio nuestro. La obra
en que estáis empeñados no es vuestra; es de Dios. Someted vuestra voluntad y
vuestro camino a Dios. No hagáis una sola reserva, ni transijáis con vosotros
mismos. Aprended a conocer lo que es ser libre en Cristo.
El oír sermones sábado tras sábado, el leer la Biblia de tapa a tapa, o el explicarla
versículo por versículo, no nos beneficiará a nosotros ni a los que nos oigan, a no
ser que llevemos las verdades de la Biblia al terreno de nuestra experiencia
personal. La inteligencia, la voluntad y los afectos deben someterse al gobierno de
EL MINISTERIO DE CURACIÓN
Por ELENA G. de WHITE
``Mi alma espera a Jehová Más que los centinelas a la mañana, Más que los vigilantes a la mañana``
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario