jueves, 10 de septiembre de 2009

LO QUE RESERVA LA ETERNIDAD A LOS REDIMIDOS

Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación. (Sal. 91: 16).

Todos los tesoros del universo se ofrecerán al estudio de los redimidos de Dios.
Libres de las cadenas de la mortalidad, se lanzan en incansable vuelo hacia los
lejanos mundos a los cuales el espectáculo de las miserias humanas causaba
estremecimientos de dolor, y que entonaban cantos de alegría al tener noticia de
un alma redimida. Con indescriptible dicha los hijos de la tierra participan del gozo
y la sabiduría de los seres que no cayeron. Comparten los tesoros de
conocimientos e inteligencia adquiridos durante siglos y siglos en la contemplación
de las obras de Dios. Con visión clara consideran la magnificencia de la creación:
soles y estrellas y sistemas planetarios que en el orden asignado circuyen el trono
de la Divinidad. El nombre del Creador se encuentra escrito en todas las cosas,
desde las más pequeñas hasta las más grandes, y todas ostentan la riqueza de su
poder.
Y a medida que los años de la eternidad transcurran, traerán consigo revelaciones
más ricas y aún más gloriosas respecto de Dios y de Cristo. . . Así como el
conocimiento es progresivo, así también el amor, la reverencia y la dicha irán en
aumento. Cuanto más sepan los hombres acerca de Dios, tanto más admirarán su
carácter. A medida que Jesús les descubra la riqueza de la redención y los hechos
asombrosos del gran conflicto con Satanás, los corazones de los redimidos se
estremecerán con gratitud siempre ferviente, y con arrebatadora alegría tocarán
sus arpas de oro; y miríadas de miríadas y millares de millares de voces se unirán
para engrosar el potente coro de alabanza.
"Y a toda cosa creada que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y
sobre el mar, y a todas las cosas que hay en ellos, las oí decir: ¡Bendición, y honra
y gloria y dominio al que está sentado sobre el trono, y al Cordero, por los siglos
de los siglos!" (Apoc. 5: 13, VM).
El gran conflicto ha terminado. Ya no hay más pecado ni pecadores. Todo el
universo está purificado. La misma pulsación de armonía y gozo late en toda la
creación. De Aquel que todo lo creó manan vida, luz y contentamiento por toda la
extensión del espacio infinito. Desde el átomo más imperceptible hasta el mundo
más vasto, todas las cosas animadas e inanimadas, declaran en su belleza sin
mácula y en júbilo perfecto, que Dios es amor.

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE!
*
`` Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.``

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