Filipenses.
4:10 En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado de mí; de lo cual también estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad.
4:11 No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación.
4:12 Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.
4:13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
4:14 Sin embargo, bien hicisteis en participar conmigo en mi tribulación.
4:15 Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos;
4:16 pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades.
4:17 No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta.
4:18 Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios.
4:19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
4:20 Al Dios y Padre nuestro sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.
domingo, 13 de septiembre de 2009
Dádivas de los filipenses
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