LA HISTORIA DE PROFETAS Y REYES
Por ELENA G. de WHITE
Durante la dispensación cristiana, el gran enemigo de la felicidad del hombre hizo al
sábado del cuarto mandamiento objeto de ataques especiales. Satanás dice: "Obraré
en forma contraria a los propósitos de Dios. Daré a mis secuaces poder para desechar
el monumento de Dios, el séptimo día como día de reposo. Así demostraré al mundo
que el día santificado y bendecido por Dios fue cambiado. Ese día no vivirá en la mente
del pueblo. Borraré su recuerdo. Pondré en su lugar un día que no lleva las
credenciales de Dios, un día que no puede ser una señal entre Dios y su pueblo.
Induciré a los que acepten este día a que lo revistan de la santidad que Dios dio al
séptimo día.
"Mediante mi viceregente, me exaltaré a mí mismo. El primer día será ensalzado, y el
mundo protestante recibirá este falso día de reposo como verdadero. Mediante el
abandono de la observancia sabática que Dios instituyó, haré despreciar su 137 ley.
Haré aplicar a mi día de reposo las palabras "Señal entre mí y vosotros por vuestras
edades."
"De esta manera el mundo llegará a ser mío. Seré gobernante de la tierra, príncipe del
mundo. Regiré de tal modo los ánimos que estén bajo mi poder que el sábado de Dios
será objeto especial de desprecio. ¿Una señal? Yo haré que la observancia del séptimo
día sea una señal de deslealtad hacia las autoridades de la tierra. Las leyes humanas
se volverán tan estrictas que hombres y mujeres no se atreverán a observar el séptimo
día como día de reposo. Por temor a que les falten el alimento y el vestido, se unirán al
mundo en la transgresión de la ley de Dios. La tierra quedará completamente bajo mi
dominio."
Por el establecimiento de un falso día de reposo, el enemigo pensó cambiar los
tiempos y las leyes. Pero ¿logró realmente cambiar la ley de Dios? La respuesta se
encuentra en las palabras del capítulo 31 de Éxodo. El que es el mismo ayer, hoy y por
los siglos, declaró acerca del día de reposo, o sábado: "Es señal entre mí y vosotros
por vuestras edades." "Señal es para siempre." (Exo. 31: 13, 17.) La señal indicadora
que fue cambiada apunta en un sentido equivocado, pero Dios no ha cambiado. Sigue
siendo el poderoso Dios de Israel. "He aquí que las naciones son reputadas como la
gota de un acetre, y como el orín del peso: he aquí que hace desaparecer las islas
como polvo. Ni el Líbano bastará para el fuego, ni todos sus animales para el sacrificio.
Como nada son todas las gentes delante de él; y en su comparación serán estimadas
en menos que nada, y que lo que no es." (Isa. 40: 15-17.) Y el Señor siente hoy tanto
celo por su ley como en los días de Acab y Elías.
LA HISTORIA DE PROFETAS Y REYES
Por ELENA G. de WHITE
Bendiciones!
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