Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no
mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará. (Hab. 2: 3).
La fe que fortaleció a Habacuc y a todos los santos y justos de aquellos tiempos
de prueba intensa, era la misma fe que sostiene al pueblo de Dios hoy. En las
horas más sombrías, en las circunstancias más amedrentadoras, el creyente
puede afirmar su alma en la fuente de toda luz y poder. Día tras día, por la fe en
Dios, puede renovar su esperanza y valor. . . Al servir a Dios, no hay por qué
experimentar abatimiento, vacilación o temor. El Señor hará más que cumplir las
más altas expectativas de aquellos que ponen su confianza en él. Les dará la
sabiduría que exigen sus variadas necesidades.
Acerca de la abundante provisión hecha para toda alma tentada, el apóstol Pablo
da un testimonio elocuente. Le fue asegurado divinamente: "Bástate mi gracia,
porque mi poder se perfecciona en la debilidad". Con gratitud y confianza, el
probado siervo de Dios contestó: "Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien
en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por
amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en
persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte" (2
Cor. 12: 9, 10).
Debemos apreciar y cultivar la fe acerca de la cual testificaron los profetas y los
apóstoles, la fe que echa mano de las promesas de Dios y aguarda la liberación
que ha de venir en el tiempo y de la manera que él señaló. La segura palabra
profética tendrá su cumplimiento final en el glorioso advenimiento de nuestro
Señor y Salvador Jesucristo, como Rey de reyes Señor de señores. El tiempo de
espera puede parecer largo; el alma puede estar oprimida por circunstancias
desalentadoras; pueden caer al lado del camino muchos de aquellos en quienes
se puso confianza; pero con el profeta que procuró alentar a Judá en un tiempo de
apostasía sin parangón, declaremos con confianza: "Jehóvá está en su santo
templo; calle delante de él toda la tierra" ( Hab. 2: 20). Recordemos siempre el
mensaje animador: "Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura
hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá. . . El
justo por su fe vivirá" (vers. 3, 4).* 65
Bendiciones!
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1 comentario:
guaaa!! me encanta el blog, siempre encuentro temas muy interesantes.
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