lunes, 19 de abril de 2010

EL FALSO REAVIVAMIENTO

Entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de
su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es
por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos. (2 Tes. 2:
8, 9).
El apóstol Pablo, en su segunda epístola a los tesalonicenses, señala la obra
especial de Satanás en el espiritismo como cosa que había de suceder
inmediatamente antes de la segunda venida de Cristo. Hablando del segundo
advenimiento de Cristo, declara que habría antes "obra de Satanás, con gran
poder y señales y prodigios mentirosos".*
Antes que los juicios de Dios caigan finalmente sobre la tierra, habrá entre el
pueblo del Señor un avivamiento de la piedad primitiva, cual no se ha visto nunca
desde los tiempos apostólicos. El Espíritu y el poder de Dios serán derramados
sobre sus hijos. Entonces muchos se separarán de esas iglesias en las cuales el
amor de este mundo ha suplantado al amor de Dios y de su Palabra. Muchos,
tanto ministros como laicos, aceptarán gustosamente esas grandes verdades que
Dios ha hecho proclamar en este tiempo a fin de preparar un pueblo para la
segunda venida del Señor. El enemigo de las almas desea impedir esta obra, y
antes de que llegue el tiempo para que se produzca tal movimiento, tratará de
evitarlo introduciendo una falsificación. Hará aparecer como que la bendición
especial de Dios es derramada sobre las iglesias que pueda colocar bajo su poder
seductor; allí se manifestará lo que se considerará como un gran interés por lo
religioso. Multitudes se alegrarán de que Dios esté obrando maravillosamente en
su favor, cuando, en realidad, la obra provendrá de otro espíritu. Bajo un disfraz
religioso, Satanás tratará de extender su influencia sobre el mundo cristiano.*
Hombres y mujeres jóvenes serán ensalzados, y se considerarán a sí mismos
admirablemente favorecidos y llamados a realizar algo grande. Habrá muchas
conversiones de acuerdo con un orden peculiar, pero no llevarán el sello divino.
Habrá inmoralidad y extravagancia, y la fe de muchos naufragará.* 167


¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE!
El Rey ya viene
LA PRIMERA VENIDA DE JESÚS

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