sábado, 6 de noviembre de 2010

LA CLARA HISTORIA

Guarda, ¿qué de la noche? El guarda respondió: La mañana viene, y después la
noche; preguntad si queréis, preguntad; volved, venid. (Isa. 21: 11 úp. 12).
La comprensión de la esperanza en la segunda venida de Cristo es la clave que
abre toda la historia futura, y explica todas las lecciones del porvenir.
Ahora debe oírse a lo largo de toda la línea la voz del centinela: "La mañana viene,
y después la noche". La trompeta debe producir una nota certera porque estamos
en el gran día de la preparación del Señor.
Las verdades de la profecía están unidas, y al estudiarlas, forman un hermoso
conjunto de verdades prácticas. Todos los discursos que damos han de revelar
claramente que estamos esperando, trabajando y orando por la venida del Hijo de
Dios. Su venida es nuestra esperanza. Esta esperanza ha de estar vinculada con
todas nuestras palabras y obras, con todas nuestras asociaciones y relaciones. . .
La segunda venida del Hijo del hombre ha de ser el tema maravilloso que se
mantenga ante la gente. He aquí un tema que no debe descartarse de nuestros
discursos. Las realidades eternas deben mantenerse ante la mente, y las
atracciones del mundo aparecerán como son, completamente inútiles, como
vanidades. ¿Qué hemos de hacer con las vanidades del mundo, sus alabanzas,
sus riquezas, sus honores, o sus placeres?
Somos peregrinos y extranjeros que esperamos la bienaventurada esperanza, la
manifestación gloriosa de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, y oramos por ella.
Si creemos esto y lo manifestamos en nuestra vida práctica, ¡qué acción vigorosa
inspirarán esta fe y esta esperanza; qué ferviente amor mutuo; qué vida cuidadosa
y santa para la gloria de Dios; y en el respeto que manifestemos por la
remuneración, qué nítidas líneas de demarcación nos distinguirán con evidencia
del mundo!
La verdad de que Cristo viene debe ser mantenida ante toda mente.
*
Feliz Sabado!

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