martes, 15 de marzo de 2016

Ernie Knoll - EL MONUMENTO UNIVERSAL

En mi sueño estoy caminando con el ángel guía por un lugar arbolado donde parece ser el otoño. Me llama por mi nombre celestial y dice que una gran batalla con muchas facetas pronto le sobrevendrá al mundo. Para algunos la batalla será mental; para otros será física. Para algunos será ambas cosas: una batalla física y mental. Me explica que muchos son controlados por poderes demoníacos, y ni siquiera se dan cuenta de ello. Muchos creen que con sólo pedir un escudo protector, Dios los protegerá. Sin embargo, Él requiere que cada uno haga su parte. Cada individuo debe elegir no permitir que Satanás y sus demonios ocupen sus mentes. Entonces, cuando pidan protección, Dios los protegerá.1

Nos detenemos, y cuando el guía extiende su mano, veo a una persona que cree que camina con Dios. Esa persona ora, clama la sangre de Jesús, y mantiene un buen régimen alimenticio. Sin embargo, esa persona permite que Satanás tenga acceso a su mente. Por lo tanto, no ha entregado su voluntad a Dios completamente.2

Me enfatiza el guía que aunque no se le permita a Satanás causar daño físico a alguien, él todavía puede tener a esa persona agarrada firmemente. Se me muestra que esta persona en particular es alguien a quien Dios ha llamado para realizar una obra importante para Él. Le ha dado pruebas sencillas para que demuestre su cometido, pero ha seguido fracasando. El Padre le ha dado una prueba cada vez más fácil. Sin embargo, al permitir que Satanás penetre su mente muy hábilmente, esa persona no ha comprendido que los demonios lo controlan.

Se me da a entender que Jesús, el amor, del amor de los amores que abandonó su trono en el cielo por ese individuo, ama a esa persona de una manera que nadie es capaz de comprender. Pero, a menos que esa persona aprenda a amarle a Él, Jesús se sentirá desolado. ¿Seremos capaces de comprender eso? Él nos ama a cada uno de nosotros, y lo único que pide es que lo amemos a Él.

A este individuo en particular se le ha asignado tarea tras tarea, pero en ninguna ocasión ha llegado a la línea de meta. Para ayudarlo, la marca le ha sido colocada cada vez más cerca, tan cerca, que él casi no tendría que mover el pie para tomar un paso. Lo único que tendría que hacer es inclinarse hacia adelante. Pero ese individuo ha fracasado una y otra vez.

Pienso como Jesús sólo nos pide que lo amemos. ¿Acaso podría ser más fácil?3 Pienso en lo que dijo el Padre, “Cuando veo a mi Hijo, te veo a ti. Cuando te veo a ti, veo a mi Hijo”. Recibir el Regalo perfecto y completo y no apreciarlo es inconcebible.

El guía rompe el silencio y dice:


“El amor es paciente; el amor es amable.
El amor nunca es celoso.
El amor nunca es orgulloso.
El amor nunca es egoísta.
El amor nunca lleva al enojo.
El amor es gentil.
El amor perdona.
El amor nunca halla felicidad en hacer el mal.
El amor siempre se alegra con la verdad.
El amor dura para siempre.
Las cosas pueden llegar a su fin, pero de las tres cosas que siempre perdurarán, la fe, la esperanza y el amor, la más grande es el amor.


Jesús es la Fe.
El Espíritu Santo es la Esperanza.
Dios el Padre es el Amor, la fuente de todo el amor.
De la Fe, la Esperanza y el Amor, ¡el Padre es el más grande!
Y Jesús, ¡Cristo Jesús es el Amor del Amor de los Amores”!

Me dirijo al guía y le pregunto cómo un individuo cómo éste debe pedir ayuda si ni siquiera sabe que lo controlan los demonios. Aun los que conocen a esta persona no sabían que la controlaban los demonios. El guía sigue con la explicación que la instrucción ya ha sido dada. Tantas personas leen los mensajes en mis sueños y creen que acaban de leer una historia agradable. Sin embargo, estos mensajes no son relatos agradables para sentirse bien, sino mensajes de instrucción. Son instrucciones para ayudarnos a cada uno a prepararnos para nuestra propia batalla personal.

Todos deben leer y estudiar los mensajes y aplicarlos personalmente. Podremos estar preparados sólo tras mucho estudio. Por ejemplo, un estudio profundo y cabal del mensaje, “En Cuanto a los Ángeles” puede contestar preguntas para el día de hoy. A través del estudio, podemos conocer y comprender la cantidad de niveles que hay en el sueño “Un Canto y una Oración”.4 Debemos comparar los mensajes con la Biblia, como también con el Espíritu de Profecía, tal como le fue mostrado a Elena de White. No debemos recibir sólo una sensación agradable. Debemos estudiar y estudiar, y cuando terminemos, debemos estudiar aún más. Nuestra vida depende de ello.5

Nuevamente el guía y yo comenzamos a caminar. A lo lejos veo una casa vieja, del tipo que hay en los montes Apalaches, con los lados cubiertos de papel asfaltado. Fue construida por personas muy pobres. Al acercarme, me doy cuenta que hay muchos individuos vestidos de ropa de camuflaje. Algunos están tan bien escondidos que es difícil verlos. Sin embargo, el guía señala a cada uno claramente. Me revela que esos hombres son controlados por demonios. No sirven a Dios, sino que sirven a los demonios que los controlan.

El Guía me lleva rápidamente adonde veo un grupo pequeño arrodillado en oración. No hay un individuo orando por el grupo, sino que cada uno está orando en forma unida por todos los del grupo. Observo que una de las mujeres se levanta, sale de la habitación y camina por un pasillo. Se acerca a la puerta principal, la abre y sale al portal. Inmediatamente, veo y oigo instrucciones enviadas a los milicianos escondidos que deben destruir a la mujer. El guía me señala a un individuo acostado que está apuntando a la mujer con un rifle. La mujer levanta el brazo, y todos los milicianos escondidos se paran, sueltan sus armas y huyen despavoridos. Le pregunto al guía qué fue lo que asustó a los soldados, porque ella no dijo nada, sino que sólo alzó la mano.

El guía contesta que yo sólo vi a una mujer. Sin embargo, cuando Dios vio a esa mujer, Él vio a su Hijo. Dice el guía, “Ha sido dicho muchas veces que todos deben ser como Jesús. Para todos los que hagan esto, el Padre no verá a un hombre ni a una mujer, sino a Jesús. Vuelve a mirar a la mujer”. Cuando vuelvo a mirar a la mujer en el portal, no veo a una mujer, sino que veo a Jesús.

El guía también explica que los demonios huyen de la presencia de Jesús. Un individuo que se afronte a los demonios apresuradamente perderá la batalla. Cerca del tiempo del regreso de Jesús, sólo aquéllos a quienes el Padre vea como Jesús podrán confrontarlos, y con simplemente levantar la mano harán huir a los demonios. Ésta instrucción ya ha sido dada. Cada uno debe preguntarse a sí mismo, “¿A quién ve el Padre en mí”? Si Él ve a su Hijo, se lograrán grandes cosas.

Le digo al Guía, “Creo que puede haber situaciones en las cuales algunos piensen que tienen poder y que están haciendo la voluntad de Dios. Pero, yo comprendo que hay una línea divisoria entre la fe y la presunción. Dios no le pediría a un individuo que salte de un risco para demostrar que puede volar. Él simplemente le pediría a la persona que por fe dé un salto de la tierra plana. Esa mujer no hubiese salido al portal a menos que hubiese escuchado la voz de Dios, una voz que ella conocía. Cuán triste es que muchos creen que conocen la voz del Maestro, cuando la voz que escuchan es de interés propio”.

Oigo una voz conocida pronunciar mi nombre celestial. Miro hacia arriba y hacia la derecha y veo al Heraldo descendiendo. Dice que el guía fue enviado con un mensaje de instrucción. Ahora el Heraldo debe darme otro mensaje. Me dice que se me va a mostrar otro ejemplo de un mensaje que requiere estudio y no se debe considerar como una simple historia. Dice que Jesús relató historias, pero cada una tenía una aplicación y lecciones de instrucción. Le extiendo mi mano derecha y dejamos atrás los Montes Apalaches.

Ahora estoy parado en el medio de un patio al lado izquierdo de una casa de un piso. Hay un pequeño jardín de flores. Sé que fue sembrado para cultivar varias clases de flores para disfrutarlas. Un poco más allá hay un huerto con varias verduras. Al otro lado de la casa hay un pequeño huerto de árboles frutales. Más allá del fondo de la casa, hay un campo grande de hierba alta muy verde.

De la parte atrás de la casa, veo salir a una mujer de edad. Lleva puesto un sombrero de ala ancha, guantes de jardín y una camisa de trabajo con mangas largas enrolladas. También lleva pantalones gruesos de trabajo y rodilleras protectoras. La observo caminar hacia el jardín de flores. Se arrodilla y comienza a sacar malezas. Con una herramienta, afloja la tierra alrededor de muchas plantas en flor. Entonces saca una lupa del bolsillo y la usa para admirar las hermosas flores más detenidamente. Sonríe al disfrutar la obra del Gran Diseñador. Al dedicar tiempo a cada flor, la mira como si la viese por primera vez.

Entonces la veo admirar un gusanito lanudo que se arrastra por una planta. Cuidadosamente lo coloca en la palma de su guante y lo observa como si nunca antes hubiese visto una criatura tal. Al pararse, me doy cuenta que sufre de artritis. Lleva con cuidado el gusanito a la hierba alta detrás de su casa. Nuevamente se arrodilla y coloca el gusanito lanudo en una larga brizna de hierba. Entonces cruza las piernas y se sienta en la hierba, la cual le llega un poco más allá de la cintura. Está admirando las criaturas pequeñas que viven allí. Me doy cuenta que a la mayoría de la gente no le interesaría notar esas cosas.

Ahora veo que la mujer se inclina hacia atrás, extiende las piernas y mira alrededor con deleite, como si el campo hubiese sido hecho sólo para ella. Mira hacia el cielo y contempla la cantidad de grandes nubes blancas que flotan a paso lento, y las aves que se dirigen a su destino. Después de un rato, lucha por ponerse de pie y se dirige a su huerta, donde cosecha varias frutas. Arranca una hoja de un árbol, la huele, la dobla por la mitad, la mira detenidamente y la vuelve a oler.

Nuevamente, como si viese una hoja por primera vez, examina otra y contempla el diseño complejo hecho por el Gran Creador, quien colocó su diseño en ella. Ahora huele una de las frutas que cosechó. Sé que no la va a morder, porque es necesario lavarla antes de comerla. Con la fruta en la mano, le da vuelta lentamente para admirarla. Entonces toma las distintas frutas, va al porche al fondo de la casa y las coloca en una canasta.

Entiendo que cuando era una jovencita, ella desperdició su juventud con cigarrillos, alcohol y una vida promiscua. Anduvo solitaria por la vida, malgastándola en relaciones frívolas; no sabía que había Uno que caminaba con ella constantemente. Sin embargo, poseía un amor por la naturaleza. Al envejecer, se dio cuenta que la vida que había vivido le había perjudicado la salud. Tenía las manos, los codos y las rodillas hinchadas a causa de la artritis. Caminaba con las piernas arqueadas a causa de la artritis en las caderas. Le dolían los pies y la columna; le dolía cada coyuntura del cuerpo. Anhelaba volver a tener su juventud y poder caminar, correr, saltar o nadar sin dolor. Me dice el Heraldo que él llama a esa mujer, Penny. Cuando le pregunto si ella se llama Penny, me contesta, “Así la llamamos. Con el tiempo aprenderás el por qué; pero es hora de mostrarte más”.

Cambia la escena y ahora estoy en un servicio fúnebre en una iglesia. Veo a Penny, ahora de aspecto mayor, en un ataúd. Sé que ha muerto. Sin embargo, noto que su apariencia había cambiado. Su piel se ve mucho más saludable que antes, y ya no se ven las señas de la artritis en sus brazos y manos. Eso me sorprende, ya que se ve bastante mayor de edad. Entonces me doy cuenta que ella gozó de mejor salud durante sus últimos días que cuando la vi por primera vez.

El Heraldo explica que Penny simplemente permanecerá en su tumba hasta que Jesús la llame, y mande que todos los justos muertos salgan de sus tumbas. Aquéllos que sean hallados dignos irán al cielo con Jesús por mil años. Entonces Él volverá otra vez a la tierra, y todos los impíos serán llamados de sus tumbas para su último juicio. En ese entonces, cada uno oirá a Jesús decir que Él no los conoce, tal como dice Mateo 7:23.6

El Heraldo dice, “Permíteme mostrarte algo para que todos entiendan mejor.” En esta parte de mi sueño, estoy de pie como un espectador en un tribunal. El Padre celestial como Juez está sentado en un trono muy alto. Lo que veo de Él es sólo lo que se me permite ver. A mi izquierda hay varios ángeles que traen escoltados a muchos hombres. Algunos de ellos miran hacia arriba al Juez y dicen, “Fíjese en cuántas series evangelísticas yo dicté. Tome nota de cuántas personas bauticé. En su nombre, yo sané enfermos. ¿Y qué de todos los demonios que eché”? Un hombre que presentaba una sonrisa falsa y usaba un tipo de instrucción hipnótica dice, “Vea todas las cosas grandes que yo hice. Yo escribí libros y en su nombre realicé obras maravillosas. Yo merezco un gran lugar en su reino”.

Veo que los hombres que comparecen visten distintos tipos de ropa. Algunos visten trajes o túnicas, pero todos se jactan de lo que han hecho por Dios, y frecuentemente repiten la palabra “yo”. Dios los miraba y hacía señas para que los ángeles los escoltasen hacia su izquierda. Después que varios de ellos pasaron, me sentí indignado.

Los ángeles también trajeron a otras personas. Algunos se arrodillaban o se agachaban con la cabeza entre las rodillas. Algunos se cubrían la cabeza con las manos, o humildemente juntaban las manos e inclinaban la cabeza. Ninguno se sentía digno de mirar al Juez. Algunos decían, “Yo nunca lo conocí. Nunca tuve la oportunidad de conocer quién es Jesús. Yo debería haber tomado su mano, pero no lo conocía. Nunca lo conocí a Usted (Dios). Sólo conocía el Espíritu que caminaba entre los árboles, esa voz suave que nos decía que no hiciéramos cosas malas”. Vi al Padre bajar los escalones desde su trono y recoger a un hombre que yacía en el piso con la cabeza inclinada. El Padre lo alzó en sus brazos, lo abrazó y le dijo, “Yo estuve contigo a cada paso del camino”.

Dice el Heraldo, “Compara las personas que creían que eran grandes con los humildes que ni siquiera se atrevían a mirar al Padre. Habrá algunos en el cielo que nunca tuvieron la oportunidad de escuchar la historia de Jesús; sin embargo, anduvieron cada día con el Espíritu Santo. Dios busca a individuos como ésos”.

Ahora mi sueño vuelve al servicio fúnebre de Penny. Sé que ha muerto. Dice el Heraldo, “Penny será llamada a salir de su tumba.7 Jesús mismo la cubrirá con un manto y colocará una corona sobre su cabeza.8 Permíteme mostrarte”.

Cambia mi sueño y nuevamente se me muestra la escena de la segunda venida de Jesús cuando Él llama a los que han recibido el sello de la vida eterna. Los que no son llamados permanecen en el suelo hasta ser resucitados para su juicio final.9

Se me lleva adonde veo que Penny recibe un cuerpo nuevo que refleja la vida eterna. Con los ojos fijos en Jesús, ella asciende y se une a muchos otros en la gran nube que va rumbo al cielo. Aunque sigue mirando a Jesús, se encuentra con muchos viejos amigos y hace nuevos. ¡Es tanta la alegría!

Sé que éste es el viaje que fue mostrado en el sueño, “El Viaje al Hogar”. Al llegar a las puertas del cielo, veo a Jesús colocar un manto y una corona en cada individuo salvado. Sigo a Penny cuando comparece ante Jesús. Antes que Él la vista con un manto, ella lo abraza, y entonces cae de rodillas y besa sus pies. Llora y dice que no es digna de estar allí, que ella pecó y malgastó su vida en viles frivolidades. Jesús la levanta, la envuelve en sus brazos y le dice, “Conociste a nuestro Padre a través de las creaciones que admirabas. Escuchaste la voz que te hablaba suavemente. Me aceptaste como tu Hermano. Clamaste mi sangre y mi sacrificio. Me da mucho gozo poder llamarte hermana mía. Yo hubiese ido a la tierra sólo por ti”.

Un ángel le entrega una corona a Jesús, y Él la coloca sobre su cabeza; pero ella se la quita, la coloca a los pies de Jesús y vuelve a llorar, diciendo que no es digna. Jesús la vuelve a levantar, enjuga sus lágrimas y le dice, “No vas a llorar más. Mi sangre basta para ti”. Le entregan un manto y Él la cubre. Dice, “Te he lavado y envuelto en mi propio manto de justicia. Sobre tu cabeza coloco una corona que dice que tú eres una princesa, y que tienes pleno derecho de entrar por las puertas de la ciudad de nuestro Padre. ¡Me siento honrado de poder llamarte hermana mía”!

Mientras la observo, Penny comienza a llorar al acercarse a las puertas de la ciudad. Cuando entra, un ángel guardia la mira como diciendo, “Tienes pleno derecho de entrar a la ciudad”. Ahora veo a Jesús caminando con ella mientras la escolta a su mansión privada, la cual está situada en la cima de una colina pequeña. Sobre la entrada principal hay un diamante grande donde aparece su nombre celestial. Yo sé que ese nombre representa su carácter. Hay muchos jardines de flores alrededor de su mansión. Más allá veo muchas huertas de árboles frutales. Por la parte atrás de los amplios terrenos fluye un riachuelo hermosísimo. Un puente hermoso de oro puro cruza el riachuelo.

En mi sueño, continúo siguiéndola durante lo que parece ser sólo un día. Sin embargo, sé que han pasado mil años. En el cielo no se mide el tiempo como lo medimos en la tierra. Comprendo que en el cielo, aunque Penny está rodeada de muchas personas, ella halla gozo en la soledad. Sin embargo, constantemente está con Jesús como su Compañero.

Durante ese tiempo, la he visto correr por las calles, riendo con el gozo y deleite de una niña. La he visto corretear a través de arboledas, meterse en lagos y riachuelos y nadar. A veces miraba hacia arriba y volaba con los pájaros. ¿O será que los pájaros volaban con ella? Otras veces caminaba o corría por grandes praderas llenas de distintos tipos de animales. A veces simplemente cruzaba las piernas para mirar detenidamente a la variedad de criaturas muy pequeñas.

En una oportunidad, la veo arrancar una hoja de un árbol. La toma en la mano y la mira por ambos lados. Entonces la alza para verla a través de la luz. Dobla la hoja por la mitad y huele su fragancia. Con la hoja en una mano, arranca una flor y la tiene en la otra mano. Se queda sentada ahí mucho rato, absorta y llena de admiración. La observo acercar la flor a la nariz y respirar profundamente, como queriendo absorber todo su aroma. Entonces le arranca un pétalo, lo mira detenidamente y lo alza a la luz para admirarlo. Entonces pone la flor, el pétalo y la hoja en la palma de la mano, acerca la mano a la nariz e inhala su aroma. La veo bajar la mano y admirar la belleza de lo que tiene en la mano. Entonces se mete las tres cosas en la boca, y se come la flor, el pétalo y la hoja.

Entonces la veo estirar las piernas, inclinarse hacia atrás apoyada en los brazos y mirar hacia arriba, admirando todo lo que puede ver. Varios animales pasan tranquilamente, otros corren, y muchas clases de aves vuelan por el aire. La veo levantarse, correr a un área grande de agua, meterse y comenzar a nadar. Sigue disfrutando del día, pero yo sé que ha pasado mucho tiempo.

Ahora veo que Penny se dirige hacia la Ciudad Santa. Recuerdo el sueño, “El Fin”, cuando Jesús regresa para resucitar a los impíos. Él está sentado en su trono alto que tiene un arco iris por encima. La veo volar, como si tuviese alas, y pararse encima de la gran muralla de la Ciudad Santa. La veo mirar hacia abajo a los impíos resucitados que vivieron desde el principio de la Tierra. Entre ellos están todos los que desafiaron a Dios y su amor, y los que eligieron su propio sendero. Ahora todos están en pie para recibir su juicio final. Todos saben que éste es el fin tan anhelado de todo el pecado y los pecadores. El desafiante por fin será destruido.

Cambia mi sueño y sé que ya se han pronunciado las palabras que crean un cielo nuevo y una Tierra Nueva. Cuando miro a la Tierra Nueva, me asombra su tamaño, el cual me es difícil captar. Allí estará el trono de Dios. Tal como lo menciona el sueño “Dios Está Airado”, sé que se ha emitido la orden de trabajo para construir un Monumento Universal a Jesús, para que todos los seres creados disfruten y aprendan de Él.10 Un sitio en la Tierra Nueva fue seleccionado, y los que van a participar en la construcción fueron enviados a construirlo.

Entonces veo que la construcción ha terminado. La mano del Creador se movió sobre la superficie de la Tierra y creó muchos tipos singulares de animales, aves y vida marina. Junto al edificio grande, que permitirá que un sinnúmero de visitantes vengan, se alojen y disfruten, se ha creado un lugar para las creaciones que existen debajo del agua. Se nos dice que en la Tierra nueva no habrá mares.11 En la tierra ahora hay continentes e islas rodeadas de agua. En el Monumento Universal habrá una cantidad inmensa de agua rodeada de tierra, como un acuario inmenso, donde existirá un sinnúmero de tipos de vida marina. El tamaño del acuario excede la comprensión, y sus paredes muy altas son transparentes.

Vuelve a cambiar mi sueño a observar a Penny. Sé que el acuario ha sido creado y que se celebró una ceremonia muy especial para Jesús que se trataba de Él. Él no es solamente el Salvador de los que vinieron de esta tierra llena de pecado, sino también de todos a través del universo. Este recordatorio para siempre será un monumento al que dio todo, y hubiese dado todo, por sólo un individuo. Es un lugar donde todos los seres creados vendrán para entender, aprender o experimentar quién es Jesús. Este lugar será construido por amor al que es el Amor del Amor de los Amores. Es un sitio será creado por unos pocos que tienen un canto distinto de todos los demás. Aquéllos que tendrán derecho a construirlo serán unos pocos escogidos de los que son.

Penny entra en el amplio complejo de edificios, donde se encuentran todas las enseñanzas de Jesús: su vida en el cielo, la batalla entre Él y Lucifer, el plan después del pecado y lo que Él abandonaría para venir a esta tierra. Incluye enseñanzas sobre su nacimiento en la tierra, su obra, su muerte, su resurrección, su servicio en el cielo, su promesa de regresar para llevar a su pueblo al hogar, la entrega de una corona y un manto, y el regalo de una mansión. Sin embargo, para Jesús el tesoro más maravilloso y el regalo más grande es estar con cada uno de su pueblo. El lugar documentará y enseñará en cuanto al mejor Maestro.

Observo mientras Penny anda aquí y allá alrededor del lugar. Después de mucho tiempo, la veo salir y caminar a lo largo de la pared del acuario. Mira hacia arriba y vuela rápidamente una gran distancia sobre el acuario. Mucho más tarde regresa adonde estaba. Mira por encima del borde de la pared alta y suavemente flota hasta el suelo. Entonces se sienta en una banca frente a la pared para observar la gran variedad de animales marinos, como también las plantas y los corales. Durante más tiempo de lo que yo puedo calcular, ella disfruta de las creaciones formadas por la mano del Creador, desde la más pequeña hasta un tamaño que excede la comprensión. Este lugar es especial, porque es el único sitio tal que existirá en todo el universo. Es un lugar que recordará a todos lo que el Salvador ha hecho a favor de los redimidos, y para mostrar cuánto el Creador renunció para ser nuestro Salvador.

Después de mucho rato, Penny se para, se dirige a la pared del acuario y la atraviesa. Cuando lo hace, veo lo que sólo puedo explicar como una lámina muy delgada de agua que forma una barrera alrededor de ella. Entre la lámina de agua y su piel hay una lámina de aire. La lámina de agua constantemente genera la lámina de aire. Yo sé que éste es el manto de justicia, que también representa a Jesús como el agua viva. Observo a Penny nadar y disfrutar de algunas de las creaciones grandes. Ella se mueve sin esfuerzo y a la velocidad que ellos van.

Entonces, Penny desciende a un área profunda donde se detiene para admirar algunos pececillos, el tipo que normalmente encontraríamos junto a un arrecife de poca profundidad. Los observa rápidamente entrando y saliendo de muchos escondrijos, como si estuviesen persiguiéndose los unos a los otros. Pienso de la oscuridad en las aguas profundas de esta tierra. Sin embargo, en la Tierra Nueva aun los lugares más profundos son luminosos y llenos de color.

Sigo observando a Penny mientras nada a un área donde examina cuidadosamente muchas plantas marinas. Toca una hoja y analiza el tallo de la planta. Al parecer, flores submarinas crecen a lo largo de partes de las plantas. Toma una flor en los dedos y la admira un rato. Entonces desbarata una hoja en trozos pequeñitos. Al instante, la rodea un sinnúmero de peces. Arranca otra hoja y la alza, para ver ambos lados traspasados por la luz. Entonces la parte en dos y se la come. A continuación, extiende la mano, arranca una de las flores y le saca los pétalos para alimentar a los peces. Cuando desbarata una hoja en la mano, el agua donde ella está cambia al color de la hoja. Vienen muchos peces muy pequeños, y parece que se comen el agua coloreada.

Mientras sigo mirando, Penny arranca otra flor y le saca un pétalo. Palpa su suavidad cual terciopelo y lo alza para ver cómo la luz lo traspasa. Le da vuelta para examinar el otro lado. Cuando lo acerca a la nariz, se forma una barrera de agua alrededor del pétalo y su nariz. Eso le permite oler la hermosa flor que crece a una gran profundidad de la superficie. Entonces se come la flor entera.

Después, nada a un arrecife de coral vivo, donde observa esa vida marina abrir y cerrarse. Dedica mucho tiempo a disfrutar la abundancia de grandes arrecifes de corales.

Después de observar a Penny, medito del tamaño de todo, y cuánto tiempo le tomaría a un individuo ver todo el acuario. Sigo a Penny, como si ella fuese una niña con una mente muy curiosa que ve todo por primera vez. Pienso en todo lo que ella ha observado y estudiado por encima de la superficie de la tierra: tantos animales distintos que sólo ha comenzado a disfrutar, con los cuales ha corrido, caminado y jugado. Pienso en tantas aves que ha observado volar por el aire, y tantas con las que ha volado. Recuerdo la gran cantidad de creaciones pequeñas que ha tenido en las manos, el gran número de llanuras que ha mirado, tantos árboles que ha trepado, tantos bosques que ha cruzado, la cantidad de pastos donde ha caminado, corrido o donde simplemente se ha acostado. Pienso en cuántas briznas de hierba ha mirado tan detenidamente, tantas hojas que ha estudiado, y ahora está visitando este lugar donde puede disfrutar de un mundo submarino creado para que todos los seres lo disfruten. Es un lugar aun para los que nunca supieron nadar.

Ahora veo a Penny sin prisa alguna mirando todo, siempre como si fuese la primera vez. Sus ojos están llenos de curiosidad. La veo alzar la vista hacia la superficie del agua y la veo salir del acuario muy rápidamente. Ella sabe exactamente hacia dónde ir, y se dirige directamente al sitio adonde todos van para aprender de Jesús. Vuela a una velocidad sorprendente, como un misil precisamente dirigido a su objetivo, y va directamente hacia allá. Tan rápidamente como viaja, ve a Jesús sonriendo y parado con los brazos extendidos. Vuela directamente a los brazos amorosos de Jesús, lo abraza y le dice que jamás podrá recompensarlo por todo lo que ha hecho por ella. Él la abraza fuertemente y le dice, “Me estás abrazando. ¿Qué más pudiese yo desear?

Jesús. Él es el Amor del Amor de los Amores.

Oigo una voz cual truenos retumbantes que dice, “¡Éste es mi Hijo, en quien estoy perfectamente complacido”!12 




1.Profetas y Reyes, p. 418Los ángeles ayudan y protegen a los que andan humildemente delante de Dios. Nunca traicionará el Señor al que confía en Él. Cuando sus hijos se acercan a Él en busca de protección contra el mal, Él levanta con misericordia y amor un estandarte contra el enemigo. Dice: No los toques; porque son míos. Tengo sus nombres esculpidos en las palmas de mis manos.
2.Palabras de Vida del Gran Maestro, p. 332En todo nuestro servicio se requiere una entrega completa del yo. El Hogar Cristiano, p. 365Si de alguna manera Satanás puede obtener acceso a la mente, sembrará su cizaña y la hará crecer al unto de producir una cosecha abundante. En ningún caso puede Satanás dominar los pensamientos, palabras y actos, a menos que voluntariamente le abramos la puerta y le invitemos a pasar. Entrará entonces y, arrebatando la buena semilla del corazón, anulará el efecto de la verdad.
3.Mateo 11:29, 30Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
4.Palabras de Vida del Gran Maestro, p. 81Cristo es la verdad. Sus palabras son verdad, y tienen un significado más profundo del que aparentan tener en la superficie. Todos los dichos de Cristo tienen un significado que sobrepuja su modesta apariencia. Las mentes avivadas por el Espíritu Santo discernirán el valor de esos dichos. Hallarán las preciosas gemas de verdad, aun cuando sean tesoros escondidos. El Conflicto de los Siglos, p. 74Como las minas tienen ricas vetas de oro y plata ocultas bajo la superficie de la tierra, de manera que todo el que quiere hallar el precioso depósito debe forzosamente cavar para encontrarlo, así también contienen las Sagradas Escrituras tesoros de verdad que sólo se revelan a quien los busca con sinceridad, humildad y abnegación. Dios se había propuesto que la Biblia fuese un libro de instrucción para toda la humanidad en la niñez, en la juventud y en la edad adulta, y que fuese estudiada en todo tiempo. Dio su Palabra a los hombres como una revelación de sí mismo. Cada verdad que vamos descubriendo es una nueva revelación del carácter de su Autor. El estudio de las Sagradas Escrituras es el medio divinamente instituido para poner a los hombres en comunión más estrecha con su Creador y para darles a conocer más claramente su voluntad.
5.The Medical Missionary, Mayo 1, 1892 [Trad.]Dios ... requiere que los que deseen ser contados entre los seguidores de Cristo estudien las Escrituras... No le ha requerido a nadie a creer sin evidencias... El descuido de este deber pone el alma en peligro de la muerte eterna. A cada uno se le requiere entender las condiciones sobre las cuales depende la vida eterna... No podemos permitir que otros decidan cuestiones de una importancia tan trascendental como las que tienen que ver con la salvación de nuestra alma. Debemos abrir las Escrituras por nosotros mismos, buscando la Palabra de Dios con oración, para conocer la verdad como es en Jesús. No debemos dejarnos confiar de los ministros, seguir tradiciones inútiles ni someter nuestras almas a la autoridad humana, sino que debemos conocer por nosotros mismos qué es lo que Dios ha dicho... Si descuidamos este deber importante, moriremos en nuestros pecados.
6.Eventos de los Últimos Días, p. 221El castigo que se inflija a los seres humanos será en cada caso proporcional al deshonor que hayan acarreado a Dios.
7.1 Corintios 15:51, 52He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
8.Apocalipsis 2:10Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. 2 Timoteo 4:8Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
9.Apocalipsis 20:12-15Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
10.Conducción del Niño, p. 44La naturaleza ha de ser nuestro gran libro de texto después de la Biblia... En el mundo natural, Dios ha puesto en las manos de los hijos de los hombres la llave que ha de abrir el alfolí de su Palabra. Lo invisible queda ilustrado por lo que se ve; la sabiduría divina, la verdad eterna y la gracia infinita se entienden por las cosas que Dios ha hecho.
11.Comentarios de Elena G. de White—Apocalipsis, p. 999En la tierra nueva no habrá mar ni lugar por donde “andará galera de remos”. Apocalipsis 21:1Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra se fueron, y el mar ya no es.
12.Mateo 3:17Y hubo una voz de los cielos, que decía: Éste es mi Hijo amado, en quien tengo contentamiento.









FUENTE: http://www.formypeople.org/es/dream/73-the-universal-memorial/


Dios les bendiga