16 de julio de 2011 por Ernie Knoll www.formypeople.org |
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En mi sueño, estoy caminando por un sendero. En ambos lados, varios árboles, arbustos y flores exhalan un aroma encantador. Los árboles están llenos de aves que cantan la gloria de su Creador. Escucho el crujir de las hojas debajo de mis pies. Ya han comenzado a caer y yacen esparcidas por el sendero, suavizando mis pisadas. Aunque estoy plenamente consciente de lo que me rodea, mi mente está conversando continuamente con mi Padre celestial. Me preocupa el hecho de que el remanente será tan pequeño. Un mensaje de preparación fue dado—confesad y pedid perdón de vuestros pecados. Sin embargo, tantos han hecho caso omiso de los mensajes que se me ha dicho que debo compartir. Esos individuos, en vez de arrepentirse mientras hay tiempo, dicen que yo soy un profeta falso, y rehúsan recibir los mensajes de Dios. Algunos dicen que aun los profetas falsos dan mensajes de arrepentimiento. Algunos son tan convincentes, que hacen que otros crean sus dudas y críticas. Los que escuchan a esos individuos no se molestan por confirmar por sí mismos si lo que se les ha dicho es verdad.
Mientras sigo caminando, le digo a mi Padre celestial que todavía me siento muy solo en mi camino. Le digo que he comunicado sus mensajes. Sin embargo, me preocupan esos individuos que recibieron la reprensión pero no se han arrepentido humildemente. Le digo que me acusan de ser un fraude, de no haber compartido nada nuevo. Le digo al Padre que hace dos inviernos Él me dijo de los cambios en el clima que iban a acontecer, y han llegado. Pienso del frío, la nieve y el hielo que vimos el invierno pasado. Recuerdo que se me mandó a decir en cuanto a los tornados, la muerte y la destrucción que vendrían en la primavera. Se me dijo de la lluvia, y de la nieve y el hielo que se derretirían, nuevamente trayendo muerte y destrucción. Se me advirtió de los incendios y del calor sin precedentes que este verano traería, y que causaría más muertes. Pienso que todo esto ha acontecido.
Entonces me paro y miro detrás de mí al sendero por donde he caminado. Recuerdo los errores que he cometido y sé que Dios me ha perdonado. Sin embargo, todavía me siento solo. En una oración sincera a mi Padre, le pido que pase mi responsabilidad de mensajero a otra persona. Le digo que debido a los errores que cometí, he causado dudas en los que antes habían creído. Ahora ellos, unidos a una voz, dicen que no se me debe escuchar. Le pregunto de qué valen los mensajes que estoy preparando si se me considera un fraude. Miro hacia el suelo, me arrodillo en la alfombra de hojas y cierro los ojos. Nuevamente, le pido a mi Padre celestial que busque a otra persona que le sirva como su último mensajero para despertar a los laodicenses dormidos, porque he embarrado con lodo el manto que Él me dio. Le digo que le he causado gran perjuicio y le ruego que le entregue el manto a alguien que lo merezca más que yo.
Entonces, siento una mano cálida sobre mi hombro derecho. Abro los ojos y veo que esa mano me ayuda a ponerme en pie. A través de mis lágrimas, miro a los ojos hermosos que sólo se pueden describir como el amor del amor de los amores. Es Jesús, mi Hermano y Salvador. Le digo que necesito hablar con Él acerca de tantas cosas, y que he compartido los mensajes que Él me pidió que compartiese. Le explico que no deseo estar aquí en la tierra, que no quiero estar aquí más tiempo. Le digo que yo sé que Él se llevó a Enoc y a Elías al cielo, y que Moisés descansó, pero fue resucitado y ahora camina por el cielo. Lloro y le ruego que me lleve al cielo ahora. Recuerdo las cosas que he visto allá y los otros planetas y las cosas a lo largo del universo. Pero, yo todavía camino por este mundo oscuro, enfermo y lleno de pecado. Le digo a Jesús que no puedo seguir caminando por esta tierra. Él extiende la mano y enjuga las lágrimas de mi rostro. Cuando Él comienza a hablar, escucho una calma en su voz que tranquiliza mi alma. Y entonces me doy cuenta de que muchos ángeles han venido para acompañar a Jesús. El Heraldo está de pie a su derecha. Veo a muchos ángeles distintos, en ambas direcciones, a lo largo del sendero. Las aves dejan de cantar y todo queda en silencio. Jesús mira hacia el Heraldo y sonríe. El Heraldo comienza a cantar suavemente, y todos los ángeles se unen a él. Jesús se vuelve hacia mí y dice, “Caminemos juntos hasta ese día cuando, si sigues siendo fiel, caminaremos juntos siempre”. Mientras seguimos caminando por el sendero, me doy cuenta de que las hojas que se estaban pudriendo, vuelven a vivir y nuevamente lucen un verde vivo. Las hojas que habían terminado de cumplir con su propósito, ya no sufrían de la maldición del pecado. Jesús tiene las llaves de la muerte y de la vida. Inmediatamente, recuerdo Juan 11:25, donde Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá”. Yo comprendo y recuerdo que, aunque este texto se refiere a los seres humanos, Jesús es vida para toda su creación, aun con el simple toque de su pie. Yo sé que esas hojas sólo han sido restauradas durante los momentos que caminemos, pero todos los que acudan a Jesús tendrán la vida eterna con Él. Comienzo a preguntarme a mí mismo, si el motivo por el cual Jesús no va a tocar la tierra cuando regrese, es porque su poder es tan grande que el simple toque de su pie restauraría todo a la vida.
Ahora miro al rosto sereno de Jesús y le digo que tengo varias preguntas y mucho que decirle. Me mira con una sonrisa y dice: ¡“Qué bueno que este sendero es largo”! Me río y al caminar juntos, Él coloca su brazo izquierdo alrededor de mi hombro y me abraza. A lo lejos, los ángeles siguen cantando suavemente.
Jesús me explica que Él ha escuchado mis plegarias al Padre, y que yo fui seleccionado para servir como un mensajero antes de nacer. El sendero que caminé anteriormente fue permitido para que yo llegase a este punto de comprensión. Nuevamente, abraza mi hombro, me llama por mi nombre celestial y me dice que hay algo que yo debo saber. Me explica lo siguiente. El nombre que me dieron mis padres fue determinado de antemano por Dios, porque Él sabía que yo iba a ser llamado para servir. Aunque yo uso el nombre “Ernie”, ése no fue el nombre que me dieron mis padres. El nombre que aparece en mis documentos legales es el nombre verdadero que mis padres me dieron. El nombre que me llaman en mis sueños es el nombre por el cual me llamarán en el cielo, si sigo siendo fiel. Eso no quiere decir que yo he sido predestinado para ser salvo, porque la predestinación no es de Dios. Para poder recibir mi nombre celestial, yo tengo que tomar la decisión de seguir a Dios y permanecer fiel. Ése es un nombre que no recuerdo una vez concluido el sueño. En el cielo, cada uno de los salvados recibirá un nombre nuevo. Ese nombre será la descripción del carácter de ese individuo.
Mi verdadero nombre completo, el que recibí al nacer y documentaron mis padres, es Earnest Ray Knoll. Jesús también me explicó que, tal como mi nombre celestial tiene un significado especial, el nombre que mis padres me dieron también tiene un significado especial. Mi nombre de pila “Earnest” significa “verdad”. (Se puede buscar en www.name-meanings.com) Yo también he deletreado mi nombre “Ernest”, sin la letra “a”. Ese nombre también significa “verdad”. Mi apodo, “Ernie”, también significa “verdad”. De manera que, las tres variaciones de mi nombre de pila significan “verdad”, “verdad” y “verdad”.1 Esto se puede ver en el título del libro en mi sitio web, el cual se me instruyó en el sueño “La Sala de Juntas” que debía ser la VERDAD, toda la VERDAD y solamente la VERDAD. (El libro la VERDAD incluye el sueño, “La Sala de Juntas”.) Le digo a Jesús que algunos me han denunciado, diciendo que el libro la VERDAD fue escrito solamente para defenderme a mí mismo. Tal como fue mencionado en el sueño anterior, se me indicó que yo no debía participar en la escritura del libro. También me fueron indicados cuáles temas el libro debía incluir. Se me permitió escribir la dedicatoria del libro, pero otros individuos accedieron a ayudar a escribirlo, por medio de la dirección del Espíritu Santo. Ahora Jesús señala hacia la derecha, y veo aparecer las siguientes palabras:
En ciertas ocasiones puede ser necesario que el siervo de Dios vindique su propio carácter y defienda su proceder, para que el nombre del Señor sea glorificado y no caiga reproche sobre la verdad. Todos los que son desatendidos o tratados injustamente deben seguir el ejemplo de Samuel, ocupándose de no hacer resaltar al yo, sino de mantener el honor de Dios. En vez de dilatarse en los agravios que ha sufrido, muestre el ofendido cómo ellos han herido a Cristo en la persona de su siervo. De esa manera, muchos corazones serán llevados a la humillación y al arrepentimiento; de otra manera, si se despiertan los sentimientos personales, los corazones quedarán tan duros como la piedra. Signs of the Times (Señales de los Tiempos), 27 de julio de 1882 [Trad.]
Jesús me dice que, a veces. es importante que los que sirven a Dios se defiendan para glorificarle a Él.
Jesús sigue diciéndome que, aunque he fracasado muchas veces con el paso de los años, los ángeles celestiales me han protegido. Nos detenemos y nuevamente todo queda en silencio. Jesús se detiene delante de mí, y coloca las manos sobre mis hombros. Me explica que mi nombre, que significa “verdad”, no fue el único nombre que recibí. Él dijo que mucho antes de que yo fuera concebido, se me llamó Earnest Ray Knoll. El nombre Ray significa un protector sabio, o un faro de luz brillante y protectora. Mi apellido Knoll, significa un morador en la cima o cerca de la cima de un monte. Jesús dice que mi nombre fue seleccionado mucho antes de que yo existiera para servir como un protector sabio de una luz brillante sobre un monte, para hacer brillar la verdad—para servir de mensajero de la verdad, toda la verdad y solamente la verdad. Para contestar las preguntas que otros han hecho: Cuando se dijo en el sueño anterior que yo sirvo como el último mensajero de la iglesia de Dios, no fui yo quien lo dijo, sino el Heraldo, quien trajo un mensaje del trono de Dios. Otros también recibirán sueños.
Jesús y yo comenzamos a caminar de nuevo, y los ángeles comienzan a cantar suavemente. Al ver las hojas que vuelven a vivir mientras Jesús y yo caminamos, le pregunto si Él resucitará las mascotas para que podamos disfrutar de ellas en la Tierra Nueva, tal como las disfrutamos en esta tierra. Jesús explica que se han escrito libros sobre ese tema, en los cuales se presentan ideas sin fundamento en las verdades bíblicas. Él dice que debemos comprender que Él vino para salvar a los que fueron creados a su imagen—a sus hermanos y hermanas.2 Los animales no fueron creados a la imagen de Dios. Jesús no vino para salvar a los animales, sino que los creó para darnos placer. Jesús también explica que Él hará nuevas todas las cosas.3 Él no va a resucitar a los animales; por lo tanto, ni en el cielo ni en la Tierra Nueva habrá mascotas de la tierra. De manera que la respuesta a mi pregunta no es un “quizá” ni un “veremos”, sino un “no”. Aquéllos que creen que no serían felices en el cielo sin su mascota de la tierra, no estarán en el cielo.
Entonces, Jesús me recuerda que en el último sueño Él extendió invitaciones específicas a ciertos individuos que fueron nombrados. Él ha esperado que ellos se humillen y se arrepientan. Él me dio a conocer que Satanás les ha inducido a llamarme un mensajero falso, aunque yo fui creado para ser el mensajero de la verdad.
Jesús me relata que en el último sueño me fue dicho en cuanto a la ira de Dios, y que será derramada sobre la superficie de la tierra como un líquido espeso. Me revela que la última oportunidad de arrepentimiento para los individuos nombrados, se cerrará cuando eso se cumpla. Si rehúsan hacerlo, para ellos se cerrará la puerta de la gracia, y ellos resucitarán en la segunda resurrección para recibir su juicio final. Los que se arrepientan humildemente recibirán la misericordia de Dios.
Nos detenemos y Jesús señala hacia la derecha. Veo una representación de algo que sé ocurrirá en el futuro. Veo que un ángel alto toma en sus manos algo que parece una vasija grande de barro que tiene asas grandes en ambos lados. Él comienza a verter un líquido muy espeso, que cae sobre la faz de la tierra en cantidades iguales por todo el mundo.4 Cuando el ángel terminó de verter la última gota, regresó al Padre celestial para dar el informe de que había terminado su tarea. Cuando vuelvo a mirar hacia la superficie de la tierra, veo desolación por todas partes. No ocurre todo al mismo tiempo, sino sucesivamente. Los incendios consumen mucho de lo que hay en su alrededor. Habrá más huracanes y tornados; habrá sequías en ciertas partes e inundaciones en otras. Veo más calor y frío intensos. Muere mucha gente; muchos se desesperan de la vida, porque no es posible obtener las cosas que necesitan, y ya no le piden a Dios que se las proporcione. De repente, termina toda la escena. Jesús me recuerda que anteriormente se me había mostrado lo que acabo de ver, y que yo presenté fielmente los mensajes de advertencia para que su pueblo pudiese preparar sus corazones. Aquéllos que presten atención cuidadosa a las advertencias, harán los preparativos.
Entonces veo desenvolverse delante de mí una escena espantosa. Le pregunto a Jesús cuándo eso ocurrirá. Él me contesta que ése es el motivo por el cual he sido llamado para servir como el mensajero final. Éstos son los últimos momentos cortos de la historia de esta tierra. Es por esto que repetidas veces se me ha dicho que presente un mensaje de arrepentimiento. El evento que se me mostró se conocerá y se verá tan claramente como el evento que se iba a notar claramente cuando a Martha se le dio una oportunidad para arrepentirse (del sueño “Justicia y Misericordia”). Este evento venidero lo notarán los que pueden ver, oír y sentirlo. ¡La pérdida será grande!
Cuando Jesús y yo comenzamos de nuevo a caminar, me explica lo siguiente: A los detractores principales del Ministerio Para Mi Pueblo, los que tienen mucha influencia, y a los individuos nombrados que no se han arrepentido públicamente, se les dará plazo hasta ese evento para arrepentirse. Ésta es su última oportunidad. ¿Permitirán que su orgullo preceda su perdición? Jesús extendió sus brazos y piernas para ser crucificado. Lo único que se les pide a estos individuos es que admitan sus debilidades y sus mentiras. Es preferible que cada una de esas personas se humille ahora, y no que deseen arrepentirse cuanto Jesús mande el fuego purificador sobre ellos. Se han presentado pruebas de que las declaraciones que ellos han hecho no concuerdan con la Biblia y el Espíritu de Profecía. Si no se arrepienten para cuando ocurra el evento, habrán agraviado al Espíritu Santo y quedarán sellados fuera del “arca”. Ellos tendrán sus propios “siete días” para preguntarse si han estado equivocados y necesitan arrepentirse. Si de ellos no proviene ningún arrepentimiento, no volverán a ser mencionados en mis sueños, y volverán a la vida en la última resurrección, para recibir el juicio de muerte eterna. Ellos comprenderán que, tal como murieron defendiendo sus creencias de origen satánico y llevaron a otros a creer sus ideas, todos juntos estarán en pie para reconocer las mentiras de su maestro, Satanás. Clamarán a Jesús, pero Él no los conocerá.
Esa escena se cierra y Jesús me dice que no debo dar los detalles de lo que he visto. Le digo que muchos dirán que yo debiera presentar los detalles como una advertencia. Sin embargo, Jesús desea que su pueblo se concentre en el arrepentimiento y no en los acontecimientos.
Ahora, Jesús comparte mensajes importantes del sueño, “La Iglesia Adventista”. Vi los cultos de adoración erróneos, donde los miembros piden la presencia del Espíritu Santo, pero otro espíritu está presente. Se me mostró la forma correcta de adorar. Si no hay iglesias donde esté presente el Espíritu Santo, es preferible adorar en casa, aunque sea sólo una persona. El Espíritu Santo y un coro de ángeles se harán presentes.
Jesús y yo nos detenemos y Él me explica que con el paso del tiempo, los cultos de adoración en las Iglesias Adventistas del Séptimo Día han deteriorado. Me manda a compartir las siguientes escenas que observo. Veo cultos de adoración que parecen más entretenimiento que culto. Los oradores relatan muchas historias a la congregación, la cual se asemeja más una concurrencia. Algunas historias provocan risa de los miembros. Algunos miembros aplauden para mostrar su aprobación. Los oradores no hablan del Padre celestial, de Jesús ni del Espíritu Santo.
En otra escena, el culto se centra en cantar muchos cantos modernos de alabanza. El orador relata una historia para que “se sientan bien”, sin nada de la Biblia ni del Espíritu de Profecía.5 Los miembros aplauden y mueven las manos en el aire. Algunos corren por los pasillos diciendo que “han recibido el espíritu”. Me asombra que los dirigentes no estén haciendo algo para que las iglesias no sigan cayendo más profundamente en la apostasía y en el espiritismo.
La escena cambia y ahora estoy observando un culto carismático en una iglesia de la raza negra. Dice Jesús que ellos lo justifican debido a sus antecedentes culturales.6 Observo a un hombre vestido de una toga negra que predica con voz muy fuerte y salta por la plataforma. Escucho a muchos de los miembros gritar con irreverencia: “Amén”, “Diga la verdad”, “Dígala con claridad”, “Háblenos cabalmente”, o “Señor, ten misericordia”. Escucho muchos de estos comentarios sacrílegos. Jesús me pregunta cómo es posible que ellos piensen que ese tipo de culto honra y glorifica a un Dios santo y justo, cuando aun los ángeles cubren sus rostros cuando están en la presencia del Padre. Cuando estos miembros se reúnen para adorar, el Espíritu Santo no está presente.
De nuevo cambia la escena y veo un culto donde los miembros cantan cantos de alabanza mientras alzan las manos y se menean al compás de la música. El orador los invita a pasar adelante para danzar con alabanza, tal como danzó David en la Biblia.7 Veo pasar adelante a muchos de varias edades; van hacia el sitio preparado para las danzas. La música de la banda en vivo produce un culto que no es ni santo ni reverente. Recuerdo el sueño, “Reverenciad mi Santuario” que explicó cómo los ángeles reverencian el trono de Dios.
Jesús me explica que todo el día sábado debe ser un período de reverencia, cuando Dios camina con cada uno de sus hijos. Sin embargo, Él no camina con los que participan en los cultos de entretenimiento. Jesús sigue explicándome que justo antes de que cierre la gracia, éstas son las cosas que se verán, y que están aconteciendo ya. Por eso, ahora es el momento para arrepentirse. El período de gracia para la iglesia de Dios está por terminar. Esa puerta se está cerrando y los que no estén preparados, caerán. Sin embargo, la verdadera iglesia de Dios no caerá. Jesús me dice que las escenas que acabo de presenciar no forman parte de la verdadera iglesia de Dios.
Entonces, Jesús me muestra muchas escenas de individuos solos el sábado por la mañana, leyendo en sus casas porque no hallan una buena iglesia a la cual asistir. Ángeles los rodean. Otras escenas muestran a grupitos pequeños que se han unido para adorar en distintos hogares. Otra escena muestra un grupo reunido debajo de un árbol en la ladera de una montaña. Entonces, veo algunos edificios con un letrero al frente que dice, “Iglesia Adventista del Séptimo Día”. Existen iglesias fieles que no ceden a la presión de la directiva de la asociación. Jesús me explica que los individuos que acabo de ver, y otros como ellos, componen su pueblo y su iglesia. Esa iglesia no caerá. Las iglesias grandes, hechas de granito, con sus elegantes candeleros y entretenimiento, caerán; pero su iglesia no caerá. Los fieles van a Dios pidiendo que Él los guíe; y cuando vean las señales y maravillas, tendrán discernimiento.8
Entonces Jesús me muestra una escena de individuos cuyos nombres no serán mencionados. Ellos ocupan puestos como dirigentes o ministros. Antes de aparecer ante la gente, los veo ponerse una máscara blanca, para aparentar ser buenos y esconder su verdadera identidad. Sonríen y dicen cosas suaves y pulidas. Hay otros individuos que sirven en sus propios ministerios y no forman parte de una asociación establecida. Sin embargo, ellos son controlados por los mismos dirigentes que llevan las máscaras. La mano de Satanás ha colocado a todos esos individuos enmascarados, para así controlar y dirigir las iglesias infieles. Ellos pretender servir, pero lo que hacen es delegar y dar órdenes, y la gente los sigue como ovejas yendo al matadero. En la resurrección final, esas ovejas estarán en pie junto con sus dirigentes. A ellas se les ha dicho que deben examinarlo todo.
Recuerdo el sueño “Dos Autos”, donde los que entraron al restaurante recibieron un plato de guisado con carne y una barra de pan. Recuerdo que el pan representa a Jesús, nuestro sacrificio, y la carne es su Palabra. El caldo representa al Espíritu Santo. Los miembros de las iglesias donde hay entretenimiento, no reciben comida que los alimente para crecer. No reciben alimento espiritual, porque se los entretiene, mientras que se menosprecian la Biblia y el Espíritu de Profecía. Son ovejas muertas de hambre espiritualmente. Recuerdo que Jesús se refirió a Jeremías 3:15. “Y os daré pastores según mi corazón, que os apacienten con conocimiento y con inteligencia”.
Entonces, Jesús me muestra cómo los miembros de iglesia pasan el sábado por la tarde. En una escena, me muestra que para muchos es cosa común ir a un restaurante. Usan la excusa de que sería un pecado cocinar el sábado. En vez de preparar el viernes el alimento para el sábado, pecan al pagar por la comida el sábado y al hacer que otro peque al cocinar para ellos. Hay otros que creen que es bueno “hacer el bien el día sábado”, y participan en proyectos en la comunidad que requieren mucho trabajo, tal como pintar la casa de una persona necesitada o cosechar los productos de una hortaliza. Esos individuos están quebrantando el cuarto mandamiento de Dios. El sábado fue creado para que el hombre descansara. Éstas son actividades de la “iglesia emergente”. (Para ver otros ejemplos del movimiento de la iglesia emergente, lea el libro la VERDAD.)
Se cierra esa escena y Jesús me dice que va a darme otro mensaje de consejo y reprensión. No es para todos, sino para los que desean seguir a Jesús. Una vez más habla sobre el diezmo. El diezmo es una oportunidad para devolver a Dios una ofrenda de gratitud con fe. Debe colocarse de inmediato en el alfolí de Dios; nunca se debe almacenar. La obra del Padre debe ser continua, no sólo cuando los individuos decidan devolver el diezmo. Los que no devuelven el diezmo, sino que pagan sus cuentas o hacen provisión para sí mismos, muestran una falta de fe. Nuestro Padre no bendecirá a los que no muestren fe o muestren poca fe. Aquéllos que continuamente devuelven el diezmo recibirán bendiciones. Los que devuelven un segundo diezmo o más, recibirán ricas bendiciones. Nuestro Padre no necesita nuestro diezmo. Él ya es el Dueño de todo. Con la misma facilidad con la que Dios crea la lluvia que cae, Él podría crear dinero para los que lo necesitan. Él es el Dueño y Creador de todo. Él permite que cada uno juegue un pequeño papel. Pero, tristemente, muchos desperdician esta oportunidad. Hace falta mucha oración para pedir orientación en cuanto a dónde colocar el diezmo. Muchos diezmos se desperdician. Muchos oran para que se termine la predicación del evangelio, pero no desean participar en la terminación de la obra.
Se me muestra que esta tierra ha llegado al final de su sendero. Entonces, ¿por qué tantos están almacenando fondos para seguir viviendo en esta tierra? Algunos botan el dinero; porque lo invierten, lo gastan en el salón del juego, o compran billetes de la lotería con la esperanza de obtener ganancias. Otros piden dinero prestado, porque chanchulleros les dicen que van a recibir una gran herencia si envían ciertos fondos antes de recibirla.9 Mucho mejor sería hacer un préstamo para apoyar la obra de Dios. Sin embargo, hay que recordar que siempre es bueno evitar las deudas.10 Otros chanchulleros dicen que el individuo ha ganado una lotería, o que un familiar ha muerto y les ha dejado dinero. Tal como dice Mateo 10:16, debemos ser “prudentes como las serpientes”.
Otra vez, Jesús y yo comenzamos a caminar. Él me informa que pronto Becky y yo volveremos a viajar para compartir sus mensajes. Él proveerá los fondos necesarios, y me recuerda el sueño titulado, “El Buen Chofer”, en el cual un tobogán largo se extiende desde una ventana en el cielo hasta la tierra. La ventana se abre lentamente hacia arriba y de la abertura cae algo que parece monedas de oro, las cuales se amontonan en el suelo. Ellas siguen cayendo, y el montículo sigue creciendo. Jesús me dice que, pronto aquéllos que tienen muchos recursos para proveer para esta obra, harán donativos y los mensajes alcanzarán a los que desean escucharlos. Los que oigan la voz del Espíritu Santo darán todo para difundir estos mensajes. A los individuos que den todo con fe, se les devolverá todo, multiplicado muchas veces. Job perdió todo, pero se le devolvió todo con creces. En sueños y visiones, Dios también enviará instrucciones a individuos para que ellos donen, de manera que sus mensajes puedan llevarse a su pueblo. Hay muchos más que están listos para sostener la difusión de los mensajes. Al cumplirse los últimos momentos, ellos darán todo.
Jesús revela que ahora es el momento de apoyar la difusión de los mensajes. En un esfuerzo de parte de los gobiernos mundiales por corregir los problemas financieros, el dinero que muchos tienen ahora les será quitado.11 Ahora es el momento de colocar los fondos disponibles en la obra de Padre.12 Como resultado de leyes nuevas, pronto será difícil hacerlo. Está por promulgarse una nueva ley que cambiará las vidas de muchos. La fe de muchos será sacudida; sin embargo, la verdadera iglesia de Dios seguirá adelante. Se estremecerá fuertemente, pero permanecerá en pie. Jesús enfatiza que su iglesia y su pueblo serán pocos. En la misericordia de Dios, muchos irán al descanso y no tendrán que pasar por los tiempos horribles que acontecerán al final del sendero de esta tierra. En comparación con ese tiempo, la vida ahora es fácil. Jesús señala al ángel que está listo para derramar el líquido espeso. Ahora es el momento para arrepentirse y para que cada uno haga su parte financiera.
Después de que Jesús y yo caminamos en silencio algunos momentos, lo miro y le digo que aunque sirvo como su mensajero, no creo que sea un buen orador público. Él me mira y contesta que yo soy el audaz, y que fui creado así, y que mientras comparta los mensajes, diré la verdad y lo que sea necesario decir. Sin embargo, no estaré solo. Jesús enviará a individuos que enseñarán conforme a lo que Él les ha enseñado. Ellos harán lo que Él les pida, y la iglesia verdadera seguirá adelante. No caerá, sino que crecerá cuando el pueblo de Dios escuche la verdad.
Le digo a Jesús que hay otro tema que quiero tratar con Él. Le menciono el sueño, “El Sendero de Gravilla” que me fue mostrado el 20 de octubre de 2010. Pronto hará un año desde que recibí ese mensaje. Le digo que en ese entonces no se me dijo que publicara ese sueño. Sin embargo, yo sé que Él sabe que, para animar a una pareja, yo compartí ese sueño, y varios otros, con ellos. Jesús contesta que en un momento débil, la pareja compartió esos sueños con John Scotram. Jesús me explica que Él sabe que esa pareja no forma parte de mi ministerio, aunque John ha dicho lo contrario, sino que ellos eran miembros de la iglesia donde yo tenía mi membrecía.
Jesús también dice que Él conoce las acusaciones de John, que yo cambié los sueños para distorsionar los datos presentados, y que Él sabe que John no ha sido veraz, ya que ha dado informes sin conocer todos los datos. Jesús explica que si yo registro algo incorrectamente antes de que los sueños se publiquen, recibiré otro sueño para corregirlo. Esto ha ocurrido unas pocas veces, porque es necesario que el mensaje se dé correctamente. Los sueños siempre han sido redactados, pero nunca distorsionados. Jesús me recuerda el siguiente ejemplo, donde dice que su profetisa, Elena de White, frecuentemente hacía cambios a los mensajes que ella había recibido. Él levanta su mano y aparece lo siguiente:
Puede preguntarse, entonces, ¿por qué fueron omitidos tres renglones de la visión en lo que se imprimió en 1851, en el primer libro de la Sra. White? En la introducción a la visión que aparece en el libro, ella presenta una razón muy general para explicar cualquier omisión—motivos de espacio y la repetición del tema. Esto se aplicaría más a los párrafos que describen la tierra nueva, que a los tres renglones en duda. En cuanto al contenido de ellos, la autora tenía el derecho, es más, la responsabilidad, de seleccionar el contenido y fraseo para su libro de manera que manifestase correctamente lo que le había sido revelado. Si había frases que pudiesen ser distorsionadas o interpretadas para darles un significado que ella no tenía la intención de enseñar, ella tenía el privilegio y también la responsabilidad de manejar el asunto, de manera que la narración impresa reflejara correctamente su intención.
Ellen G. White: The Early Years (Elena G. de White: Los Primeros Años), tomo 1, p. 270
Why Were the Lines Omitted in 1851? (¿Por qué fueron omitidos los renglones en 1851?)
Dijo Jesús que yo tengo la autoridad de editar los sueños tal como sea necesario.
Ahora me viene a la mente, ¿por qué le estoy relatando a Jesús los detalles en cuanto a John Scotram, si Jesús ya conoce la situación? Él me mira, sonríe y me contesta, “Porque me gusta caminar y conversar contigo. Anhelo el día cuando pueda caminar y conversar con todo mi pueblo por todo el universo. Extraño no poder estar con cada uno de ustedes”. Él dice que el Padre celestial sabía lo que ocurriría. Él lo permitió porque Él sabía que haría falta ahora; Él sabía lo que esa pareja iba a hacer; y porque Él conoce las enseñanzas falsas de John. Jesús dice que debo incluir el sueño, “El Sendero de Gravilla” en este sueño para que todos lo lean y comprendan.
[BORRADOR]
(ORIGINAL; NO HA SIDO EDITADO NI PUBLICADO ANTERIORMENTE)
EL SENDERO DE GRAVILLA
20 de octubre de 2010
por Ernie Knoll
En mi sueño, estoy caminando por un sendero de gravilla. Sé que he estado caminando poco tiempo. Parece que me fijo que el sendero por el cual ando ha sido hermoseado. El lugar por donde camino tiene gravilla, y se la mantiene en su sitio con pequeños trozos de madera. Al otro lado de la madera hay yerba, la cual se mantiene cortada y regada. Al otro lado de la yerba hay otro trozo de madera. Al otro lado de la madera hay arbustos muy pequeños, nítidamente podados. Sé que la madera se usa para mantener separados la gravilla, la yerba y los arbustos. Me doy cuenta que los arbustos parecen proveer una gran variedad de flores. Al caminar, noto que el dulce aroma de las flores, combinado con el olor de la yerba recién cortada, es muy agradable. Al caminar, escucho el crujido de mis zapatos al pisar la gravilla. Todo el sendero es plano; no sube ni baja. Al caminar, siempre veo un panorama muy hermoso.
Un poco más adelante, noto algo que parece un palo que yace atravesado por el sendero. Al acercarme, me doy cuenta que el palo es rojo. Entonces, veo que el palo tiene unos bultos rojos por los lados. Al acercarme más, me doy cuenta que es una culebra. La culebra se da vuelta y comienza a avanzar hacia mí. En ese momento, me caigo y me doy cuenta de que no puedo ponerme en pie. Veo que la culebra comienza a silbar y sé que va a atacarme. Comienzo a tirarle gravilla. La culebra observa la gravilla y la esquiva. Ahora, la culebra está muy cerca de mí y yo clamo en voz alta, “Jesús, Jesucristo, ¡ayúdame”! Al instante, veo lo que podría describir como trabajadores campesinos con azadones que comienzan a golpear y cortar la serpiente, la cual es bastante grande. Me doy cuenta de que todos los trabajadores campesinos del jardín llevan puesta la misma ropa. Visten sandalias, pantalones de trabajo de hilo y una camisa de trabajo de hilo. En la cabeza llevan algo que parece un sombrero. También noto que la ropa de todos los trabajadores es muy blanca. Entonces veo a un trabajador de tamaño más grande que lleva un aparato con un pico en la punta. Se prende y sé que es un soplete de jardín. Él tiene la tea en la mano, y veo que las llamas consumen lo que queda de la culebra. Uno de los trabajadores del jardín viene hacia mí y me extiende la mano para ayudar a ponerme en pie. No me dice nada, sólo me sonríe. Mientras me ayuda a pararme, el trabajador con la tea dice que el Gran Jardinero escuchó mi pedido de ayuda. Dice que Él siempre está escuchando.
Aquí terminó el sueño.
Nuevamente, Jesús y yo nos detenemos y Él señala hacia la derecha. Veo que la escena vuelve a aparecer frente a mí. Él me dice que ahora es el momento para que yo y otros comprendamos el significado del sueño, “El Sendero de Gravilla”.
Se me muestra a un caballero canoso y con barba que trabaja en su jardín. Habla del amor de Jesús y tararea un himno. Al instante, comienza a gritar y a maldecir con palabras muy sucias, a individuos quienes sé son empleados. Se me muestran muchas cosas deshonestas que hace como patrón, y también el maltrato constante de sus empleados. Habla como un hombre de Dios, pero cuando está enojado, habla como un hombre poseído de demonios.
Jesús se dirige hacia mí y me explica que éste es el hombre que, por medio de mis sueños, ha recibido dos mensajes anteriores de que debe abandonar sus estudios del Reloj del Orión. Se le ha mostrado en cuanto a las fechas que ha fijado y sus cálculos de eventos futuros. El mensaje del reloj destrozado era un mensaje claro que él debía suspenderlos. Él ha rehusado hacerlo. En el último sueño, “El Reloj de Arena”, se le dio un mensaje más específico a John Scotram, que debía suspender sus estudios del Orión, porque los datos son falsos y él está descarriando a la gente. Los estudios que ha colocado en su sitio web constituyen un testamento de todo su trabajo en cuanto a la fijación de fechas y cómo ha cambiado citas de la Biblia y del Espíritu de Profecía para acomodar su propia manera de pensar. Dos veces se le ha pedido que abandone ese trabajo. Ésta será la última vez. Aunque Dios tiene paciencia, Él no puede esperar eternamente. El último granito de arena del reloj de arena de esta tierra está por caer. Jesús explica que yo recibí el sueño, “El Sendero de Gravilla” con un motivo. No se me había dicho que lo publicase, porque nuestro Padre conoce el fin desde el principio. Todo es condicional, y una vez más se le está pidiendo a John que suspenda lo que está haciendo.
Ahora, Jesús me dice que va a mostrarme algo para que yo y otros comprendamos cabalmente el sueño, “El Sendero de Gravilla”. Nuevamente, señala hacia la derecha. Al volver a ver el sueño, me doy cuenta que la primera vez lo había visto a través de los ojos del individuo en el sueño. Ahora, lo estoy mirando como un espectador que mira al individuo caminando por el sendero de gravilla. Al contemplar el sueño, “El Sendero de Gravilla”, me doy cuenta de que en el sueño, no era yo quien caminaba por el sendero de gravilla, sino que era John Scotram. Veo a John caminando, disfrutando de la belleza que rodea el sendero. Al caminar, ve un palo rojo. Entonces veo que él se da cuenta de que en realidad es una culebra roja. Lo veo caer, y la culebra se le acerca. No puede levantarse, y la culebra comienza a silbarle. Él recoge gravilla y se la tira a la culebra. La culebra esquiva toda la gravilla. John se da cuenta de que nada de lo que ha hecho ha servido. Se da cuenta de que para poder ser salvo, sólo hay un nombre al cual puede clamar. Ahora veo que John clama, “Jesús, Jesucristo, ¡sálvame”! Al instante veo a los jardineros campesinos vestidos de pantalones y camisas de lino blanco. Son los mismos empleados a quienes John gritaba. Ellos se acercan y golpean la culebra con sus herramientas de trabajo. De repente, un jardinero que tiene un aspecto distinto de los demás, llega con un soplete de jardín, y quema los restos de la culebra. Le ayudan a John a ponerse de pie. Oigo que se le dice que Jesús siempre está escuchando y que el Gran Jardinero escuchó su pedido de ayuda.
Jesús se dirige hacia mí y dice que, aunque nuestro Padre siempre está escuchando, el último granito de arena está por caer, tal como fue dicho en el sueño, “El Reloj de Arena”. En la finca en Paraguay, donde vive John Scotram, él se ha caído. Dios está esperando que él clame el nombre de Jesús. A John se le pide esta última vez que deje a un lado sus enseñanzas falsas en todos los idiomas que él ha usado, y que abiertamente se arrepienta de las cosas que ha declarado en contra de mí.
Jesús señala hacia la derecha, y veo escrito: Hechos 1:6-7. Él me explica que Él estaba con sus discípulos cuando ellos le preguntaron cuándo Él restauraría su reino. Queda registrado como sigue:
Entonces los que se habían reunido le preguntaban, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros conocer los tiempos o las sazones que el Padre puso en su sola potestad.
Para ayudar a los que han escuchado las ideas y fechas de John Scotram, Jesús comparte las siguientes palabras que Él pidió que registrara su profetisa, Elena de White:
Los discípulos tenían deseos de conocer el tiempo exacto de la revelación del reino de Dios; pero Jesús les dijo que no les era permitido conocer los tiempos y las sazones, pues el Padre no los había revelado. Entender cuándo debía ser restaurado el reino de Dios no era lo más importante que debían conocer. Debían ser hallados siguiendo al Maestro, orando, esperando, velando y trabajando. Debían ser los representantes del carácter de Cristo ante el mundo.
Lo que era esencial para una vida cristiana llena de éxito en los días de los discípulos, es también esencial en nuestros días. “Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo”. ¿Y qué debían hacer después de que descendiera sobre ellos el Espíritu Santo? “Y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”.
Ésta es la obra en que nosotros también debemos ocuparnos. En vez de vivir a la expectativa de alguna sazón o tiempo especial de conmoción, debemos aprovechar sabiamente las oportunidades presentes, haciendo lo que debe ser hecho para que las almas puedan ser salvas. En lugar de consumir las facultades de nuestra mente en especulaciones acerca de los tiempos y las sazones que el Señor ha puesto en su sola potestad, y que no ha revelado a los hombres, debemos rendirnos ante el dominio del Espíritu Santo para cumplir con nuestros deberes actuales, para dar el pan de vida, no adulterado con las opiniones humanas, a las almas que están pereciendo por falta de la verdad.
Satanás siempre está preparado para llenar la mente con teorías y cálculos que desvíen a los hombres de la verdad presente y los incapacite para dar al mundo el mensaje del tercer ángel. El Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día, tomo 6, pp. 1051-1052
Se le pide a John Scotram que también suspenda sus estudios que tratan la numerología. Hay otros que se dedican a la numerología y calculan ejemplos que dan el número 2520. Ellos presentan razones erróneas de esto, cuando deberían estar estudiando lo que es importante para su salvación. Esos individuos debieran tomar en cuenta lo siguiente:
Satanás está siempre dispuesto a llenar la mente con teorías y cálculos que desvíen a los hombres de la verdad presente y los inhabiliten para dar el mensaje del tercer ángel al mundo. Siempre ha sido así, pues nuestro Salvador con frecuencia tenía que hablar reprochando a los que se entregaban a especulaciones y estaban siempre haciendo preguntas en cuanto a cosas que el Señor no había revelado. Jesús había venido a la tierra para impartir importantes verdades a los hombres y deseaba impresionar su mente con la necesidad de recibir y obedecer sus preceptos e instrucciones, y de efectuar sus deberes actuales, y sus pláticas eran de tal naturaleza que impartían conocimiento para su uso inmediato y diario. Mensajes Selectos, tomo 1, p. 218
Se le pide a John Scotram que trate a sus trabajadores como deben ser tratados. Jesús explica que lo único que debe hacer es pedir en su nombre, y se ordenará que los demonios que caminan con él se aparten, y los santos ángeles lo protegerían en su caminata. Tal como se mostró en el sueño, “El Sendero de Gravilla”, John se ha caído y Jesús espera que él llame su nombre. Entonces, Él le extenderá la mano y lo levantará. La puerta del arrepentimiento no quedará abierta para siempre. Ese privilegio pronto quedará completamente cerrado. Él puede acercarse ahora, o quedar en pie como un testigo falto con aquéllos que se oponen a la Palabra.
Otra vez comenzamos a caminar Jesús y yo. Miro al sendero por el cual hemos estado andando y sé que hemos caminado bastante juntos, y que el final del sendero está muy cerca. Nuevamente, Jesús me llama por mi nombre celestial y me dice que los mensajes que estoy dando están tocando más corazones de lo que yo me imagino. Hay muchos que buscan, y muchos que están hallando la verdad por primera vez. Los mensajes están llegando a muchos que están fuera de la iglesia de Dios, y también sirven de recordatorio a los que han estudiado, pero se han olvidado.
Jesús me asegura que no tengo que preocuparme por los que todavía hacen reclamos sin fundamento en contra de mí, porque hablan mentiras. Él dice que yo soy Earnest y que soy veraz. Yo fui llamado para servir como el último mensajero para su iglesia escogida. Él me dice que debo seguir siendo fiel para que Él pueda venir y sacarme de este mundo, tal como se lo he pedido—tal como Moisés fue llevado al cielo, y tal como Enoc y Elías fueron trasladados. Jesús revela que ellos, junto con los que fueron resucitados con Él, son un testimonio, y que ellos ahora andan por las calles de oro en el cielo. Si yo sigo siendo fiel, si cada uno sigue siendo fiel a los mensajes que han sido enviados, Él vendrá y los sacará de este mundo. Ellos lo verán venir en las nubes para llamar a sus redimidos desde las profundidades de la tierra. Él los resucitará a gloria inmortal, tal como yo vi que las hojas marchitas volvieron a vivir cuando Jesús y yo caminamos por el sendero hoy. Si cada uno se acerca al trono de la misericordia antes de que se cierre la puerta, antes de que pase el ángel marcador, Jesús lo llevará al hogar, donde caminarán juntos. Jesús me sonríe y dice que ha sido un buen sábado, que Él ha disfrutado de haber estado conmigo y que anhela el momento cuando podremos estar juntos siempre.
Jesús mira detrás de mí al Heraldo y a todos los ángeles que han estado cantando suavemente durante nuestra caminata. Entonces el Heraldo se para junto a nosotros y Jesús le dice que nos gustaría escuchar un canto. Me doy vuelta y veo que todos los ángeles se elevan un poco en el aire. Entonces, me doy cuenta de que todo el sendero por donde hemos caminado, hasta donde alcanzo a ver, se ha tornado un verde vivo, con miles de hermosas flores coloridas y árboles llenos de vida—todo eso sólo por las pisadas de Jesús. Ahora el Heraldo canta una nota, y todos los ángeles de unen, formando un coro hermosísimo.
Mientras ellos cantan, le pregunto a Becky si ella alguna vez ha escuchado música tan bella. En un instante me doy cuenta de que todavía estoy aquí, en esta tierra oscura y pecadora. Es temprano en la mañana, y eso fue un sueño. Acostado, pienso cómo Jesús y yo caminamos juntos por el sendero. Fue un sábado maravilloso, caminando, conversando y riéndome con Jesús. Medito en las veces que Él puso su brazo alrededor de mí mientras caminábamos, las muchas veces que nos detuvimos y miré esos ojos donde se manifiesta el amor del amor de los amores. Pienso en esa voz tierna y consoladora. Recuerdo cómo Él enjugó las lágrimas de mi rostro.
Respiro profundamente y pienso que todo se cumplirá cuando llegue el momento, y por su voluntad. Cuando digan cosas en contra de mí, usaré mi toalla blanca, siempre limpia—ahora más grande que antes. Le prometí a Jesús y a mi Padre celestial que, aunque tengo muchos deseos de que otra persona lleve la antorcha, seguiré sirviendo como el ser humano imperfecto que soy.
Dios conoce todo, desde el principio hasta el fin. Debido a que mi nombre es Earnest, seré veraz. Pero todavía me agrada que me llamen Ernie.
- Mateo 1:23
He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarán su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros. - Juan 3:16
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquél que cree en Él, no perezca, sino que tenga vida eterna.
Manuscript Releases (Manuscritos), tomo 19, p. 134
De tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito para salvar a la humanidad que perece. [Trad.] - Apocalipsis 21:5
Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. - El Conflicto de los Siglos, p. 600
El mismo poder destructor ejercido por santos ángeles cuando Dios se lo ordena, lo ejercerán los ángeles malvados cuando él lo permita. Hay fuerzas actualmente listas que no esperan más que el permiso divino para sembrar la desolación por todas partes. - 2 Timoteo 4:3-4
Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, acumularán para sí maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. - The Southern Work (La Obra en el Sur), pp. 33-34
Entre la mayoría de la gente de color, hallamos prácticas indecorosas en su culto a Dios. Ellos se entusiasman mucho, y hacen esfuerzos físicos que están fuera de lugar en el culto solemne de Dios. No se pueden disipar inmediatamente sus ideas supersticiosas y sus feas prácticas. No debemos combatir sus ideas y tratarlos con desprecio. Pero, el obrero debe darles un ejemplo de qué es lo que constituye un servicio religioso verdadero, del corazón. No se debe excluir a la gente de color de las asambleas religiosas de la gente blanca. Si se les impide asociarse con gente blanca inteligente que les dé un ejemplo de cómo ellos deberían ser y hacer, ellos no tendrán una oportunidad de cambiar sus actividades supersticiosas por un culto que sea más sagrado y noble. La gente blanca debe practicar la abnegación necesaria, y debe recordar que no debe considerar sin importancia lo que afecte la vida religiosa de un número tan grande de personas, como el que integra la raza de color. Ellos celebran sus cultos conforme a la instrucción que han recibido, y piensan que una religión que carece de excitación, de ruido y de ejercicios físicos, no merece el nombre de religión. Esos adoradores ignorantes necesitan instrucción y dirección. La bondad puede ganarlos, y pueden ser consagrados en hacer el bien. Tanto los ancianos como los jóvenes necesitan ser instruidos, tal como uno enseñaría a una familia de niños.
Pero si se deja a la gente de color en su condición actual, y no se les presenta una norma más alta del cristianismo de la que ahora poseen, sus ideas se confundirán más y más, y sus cultos religiosos se desmoralizarán más y más. [Trad.] - Patriarcas y Profetas, p. 697
Nuevamente el largo séquito se puso en movimiento, y flotó hacia el cielo la música de arpas y cornetas, de trompetas y címbalos, fusionada con la melodía de una multitud de voces. En su regocijo, David “danzaba con todas sus fuerzas delante de Jehová”, al compás de la música.
El hecho de que, en su alegría reverente, David danzó delante de Dios ha sido citado por los amantes de los placeres mundanos para justificar los bailes modernos; pero este argumento no tiene fundamento. En nuestros días, el baile va asociado con insensateces y festines de medianoche. La salud y la moral se sacrifican en aras del placer. Los que frecuentan los salones de baile no hacen de Dios el objeto de su contemplación y reverencia. La oración o los cantos de alabanza serían considerados intempestivos en esas asambleas y reuniones. Esta prueba debiera ser decisiva. Los cristianos verdaderos no han de procurar las diversiones que tienden a debilitar el amor a las cosas sagradas y a aminorar nuestro gozo en el servicio de Dios. La música y la danza de alegre alabanza a Dios mientras se transportaba el arca no se asemejaban para nada a la disipación de los bailes modernos. Las primeras tenían por objeto recordar a Dios y ensalzar su santo nombre. Los segundos son un medio que Satanás usa para hacer que los hombres se olviden de Dios y lo deshonren.
Mensajes para los Jóvenes, p. 283
La diversión del baile, como se practica actualmente, es una escuela de depravación, una terrible maldición para la sociedad.
- Mateo 24:24
Porque se levantarán falsos cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, hasta el punto de engañar, si fuera posible, aun a los escogidos.
Hebreos 2:4
Testificando Dios juntamente con ellos, tanto con señales como con prodigios y diversos milagros y dones distribuidos por el Espíritu Santo. . . - El Evangelismo, p. 50
Los mismos medios que en forma tan cautelosa se invierten ahora en la causa de Dios y que son egoístamente retenidos, serán tirados dentro de poco con los ídolos a los topos y murciélagos. El valor del dinero pronto será subestimado cuando la realidad de las escenas eternas se abra al entendimiento del hombre. - Consejos sobre Mayordomía Cristiana, p. 272
Algunos no se han adelantado para unirse en el plan de la liberalidad sistemática, y en cambio se han excusado porque estaban endeudados. Alegan que primero deben cumplir con este mandato: “No debáis a nadie nada”. Romanos 13:8. Pero el hecho de que estén endeudados no los excusa. Vi que debían dar a César las cosas que son de César, y a Dios las cosas que son de Dios. Algunos consideran con mucho escrúpulo la orden de “no debáis a nadie nada” y piensan que Dios no requerirá nada de ellos hasta que hayan pagado sus deudas. Pero con esto se engañan a sí mismos. Fallan en dar a Dios las cosas que son suyas. Cada uno debe llevar al Señor una ofrenda aceptable. - Testimonios para la Iglesia, tomo 9, p. 13
Aquéllos que tienen en sus manos las riendas del poder son incapaces de resolver el problema de la corrupción moral, del pauperismo y el crimen, que aumentan constantemente. En vano se esfuerzan por dar a los asuntos comerciales una base más segura.
- Manuscript Releases (Manuscritos), tomo 13, p. 236
No permitáis que el enemigo de Dios y del hombre controle vuestros pensamientos, vuestras palabras y vuestras acciones. El mensaje de los labios de Cristo es: “Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote” [Lucas 12:33]. Habrá muchas quiebras en los bancos de la tierra y en las especulaciones, incluyendo la minería y los bienes raíces.
¡Cuán complacido estaría Satanás si, justo cuando los seres humanos deberían estar vendiendo sus posesiones para sostener la causa de Dios, él lograse engañarlos de tal manera que todos sus medios disponibles estuviesen invertidos en especulaciones en bienes raíces y en otras empresas mundanas, y de esa manera lograse restar a la causa de Dios los medios que deberían ir a la tesorería para adelantar su obra en la tierra!
Cuando Jesús nos dice “vended”, no significa que nuestra preocupación principal debe ser comprar posesiones. Si Satanás puede lograr enredarnos en posesiones mundanas, de manera que no tengamos medios para colocar en la tesorería del Señor, entonces él está llevándonos a hacer precisamente lo que Jesús nos ha dicho que no hagamos. Muchos han prestado su dinero a nuestras instituciones concienzudamente, para que se use para hacer una buena obra para el Maestro. Pero, Satanás pone en marcha ardides que producirán en las mentes de nuestros hermanos un gran anhelo por probar su suerte, como en una lotería. Uno y otro se ilusiona con representaciones de ganancias financieras si tan solo invierten su dinero en tierras; y sacan su dinero de nuestras instituciones y lo esconden en la tierra, donde la causa del Señor no se beneficia. [Trad.]
Maranata: El Señor Viene, p. 187
Vi que si algunos se aferraban a sus propiedades y no preguntaban al Señor en qué consistía su deber, él no se lo haría conocer y les permitiría conservar sus propiedades, pero en el tiempo de angustia éstas se levantarían delante de ellos como una montaña para aplastarlos, y ellos tratarían de deshacerse de ellas, pero no podrían... Pero si ellos desean que se les enseñe, él les hará saber, en tiempo de necesidad, cuándo y cuánto deben vender.