domingo, 29 de mayo de 2011

Ernie Knoll - Justicia y Misericordia

JUSTICIA Y MISERICORDIA

5 de febrero de 2011

por Ernie Knoll

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En mi sueño, el Heraldo está de pie a mi lado y ambos estamos frente a una pared donde cuelga un calendario. El Heraldo extiende la mano y baja el calendario de la pared. Se da vuelta para mirarme, me llama por mi nombre celestial y dice, “Es hora de que se te permita compartir lo que te fue mostrado hace un año, pero se te dijo que no debías darle publicidad. Ahora se te mostrarán las cosas que viste anteriormente”.

El sueño del 5 de febrero de 2010:
El Heraldo coloca el mismo calendario sobre la mesa. Veo la fecha de hoy, el 5 de febrero de 2010. Veo que la fecha del 27 de febrero de 2010 está en negrilla y rodeada por un marco rojo. Me pregunto por qué está así. Entonces noto algo que parece un tubo de cristal redondeado y con ambas puntas cerradas. Adentro hay una substancia que parece ser mercurio. Entonces veo algo que pudiera ser una mano invisible que rompe el tubo y derrama el líquido sobre el 27 de febrero. Esa fecha enmarcada de rojo se sacude fuertemente, pero el calendario no se mueve. Después de un tiempo, deja de temblar.

El Heraldo vuelve a colocar el calendario sobre la pared. Ahora veo que el 10 de febrero de 2010 lleva un círculo azul y que los siete días que siguen esa fecha están marcados. Cada día se cae del calendario como si la tinta impresa fuese arena. Se marcan siete días más y ellos desaparecen. Se marcan tres días, terminando en el día 27, y entonces esos días desaparecen.

El Heraldo me dice que me dé vuelta y mire hacia la pared a mis espaldas. Cuando lo hago, veo una abertura que parece una puerta abierta, pero no hay puerta. Veo a Martha, la hermana de Becky, de pie al otro lado de la abertura. Ella no dice nada, sino que mira fijamente sin expresión alguna, como si no tuviese vida. Entonces veo un recuadro de 12 pulgadas de ancho, igual que la pared, que aparece repentinamente a un ángulo desde adentro de la pared. Ese recuadro obstruye una parte de la abertura frente a ella. Cuando queda en su lugar, veo en el panel como si fueran trozos de letras. Veo aparecer otro panel a un ángulo distinto. Ése tiene más trozos de las letras, los cuales se conectan con los primeros. Aparecen más paneles angulados. Cuando el último panel hubo ocupado su espacio, las letras forman la palabra MARTHA, y ya no la puedo ver. La abertura está cerrada herméticamente y las letras caen de los paneles como si fueran hechas de arena.

Entonces oigo una voz, pero no veo el individuo que habla. La voz describe cómo Noé predicó 120 años y entonces entró al arca con su familia. Durante siete días antes de que lloviera, ellos se prepararon para su estadía. Diversiones blasfemas de los que estaban fuera del arca llenaron esos siete días. [Aquí termina el sueño del 5 de febrero de 2010.]

El Heraldo se vuelve hacia mí y me explica que ahora es el momento de revelar el sueño del 10 de febrero de 2010.

El sueño del 10 de febrero de 2010:
Becky y yo acabamos de terminar nuestro culto matutino en la sala de nuestro hogar. Al levantarnos de la oración, nos damos vuelta y vemos a cuatro ángeles que han estado de pie detrás de nosotros. Los oímos cantar, “Santo es el Padre, santo es el Hijo, santo es el Espíritu Santo. Amén, amén y amén”. No reconozco a tres de los ángeles, pero el otro ángel es el Heraldo, quien está al frente. Está vestido de un manto plateado que llega hasta el piso. Encima del manto lleva otro manto azul, abierto por el frente, que también llega hasta el piso. Los otros tres ángeles están vestidos de mantos puros y blancos. En la mano, cada uno tiene una espada que parece emanar un calor tremendo, pero no siento ningún calor.

El Heraldo sonríe y dice, “No temas. Hemos sido enviados con un mensaje”. Mira hacia Becky y dice algo que yo no comprendo. Ella le sonríe, como confirmando que ha entendido, y me mira a mí y sonríe. El Heraldo me vuelve a mirar, me llama por mi nombre celestial y dice que tienen que darme un mensaje. El primer ángel va hacia el Heraldo y le entrega una lápida de cristal transparente con letras de oro grabadas. El segundo ángel va hacia el Heraldo y coloca su lápida encima de la primera. El tercer ángel se acerca y coloca la suya encima de la segunda. Las tres lápidas se tornan en una sola.

Explica el Heraldo que mientras los atrios celestiales observaban y aguardaban mi arrepentimiento, Martha ya estaba obrando con el gran ser maligno para destruir los muros del ministerio de Dios. Ella dijo muchas cosas que no eran verdaderas. Los individuos a quienes ella habló creyeron lo que ella les dijo sin confirmar los datos. Muchos no sabían que ella se había robado diezmos del ministerio de Dios. Martha no se arrepintió de estas cosas. Muchos no saben cómo Dios trata a los que roban y mienten. Él es paciente y ama a todos. Su amor no tiene límites, pero sí hay un límite a su paciencia.

Entonces el Heraldo dio los siguientes mensajes para Martha:
Tus oraciones pidiendo dirección, perdón, consuelo y sanidad han sido escuchados. Cristo Jesús llevó esos pedidos a su Padre y a tu Padre, el cual está sentado en el trono. Él pregunta por qué motivo Él debiera contestarlas.

A Becky le fue dicho que compartiera contigo una cita del libro, El Deseado de Todas las Gentes, donde muestra que tú no hiciste lo correcto. También tenía que decirte que tú debías reconocer tus errores. Becky cumplió con estas instrucciones. Tú debías reconocer que habías pecado grandemente contra Dios y su ministerio. Debías arrepentirte de tus mentiras y devolver lo que habías robado de su alfolí. Sin embargo, no lo hiciste.

Se te pidió que compartieras financieramente con un hermano cristiano que sufría necesidad. Lo hiciste, pero no fue con un corazón de amor. Entonces le pediste a ese hermano que te lo devolviera con interés. El Padre podría y te habría bendecido con creces, pero no mostraste amor, aunque pediste que Dios demostrase su amor hacia ti.

No ves tus propios pecados, pero rápidamente señalas los pecados de los demás. Has afectado negativamente a otros que caminaban cerca de Dios. Le has robado a Dios almas preciosas. Dice Apocalipsis 3:19: “Yo reprendo y corrijo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete”. Si deseas recibir respuestas a tus oraciones, tienes que pedir perdón y restituir lo robado. Tienes que decir públicamente que has pecado contra Dios. Si haces esto, será una señal de que en realidad estás arrepentida y deseas cambiar.

Debes hacer lo siguiente:
[1] Ve a tus padres y diles: “Tengo algo que decirles. Lo que les hice a Becky y a Ernie estuvo mal hecho y ahora les pido perdón. Lo que hice no glorificó a mi Padre celestial”. Si te hacen alguna pregunta o no comprenden, debes repetir, “Lo que les hice a Becky y a Ernie estuvo mal hecho, y ahora les pido perdón. Lo que hice no glorificó a mi Padre celestial”. Repito, si ellos tienen preguntas y te piden que les expliques, debes repetir lo mismo. Ésa debe ser tu única respuesta.

[2] Debes presentarte delante de toda la iglesia y declarar abiertamente, “Tengo algo que decirles. Lo que les hice a Becky y a Ernie estuvo mal hecho y ahora les pido perdón. Lo que hice no glorificó a mi Padre celestial”. Si te hacen preguntas o no comprenden, debes repetir lo mismo. Ésa debe ser tu única respuesta.

[3] Tienes que comunicarte con todos los que formaban parte de la junta directiva del ministerio que anteriormente era de Dios. A cada uno les debes decir, “Tengo algo que decirles. Lo que les hice a Becky y a Ernie estuvo mal hecho y ahora les pido perdón. Lo que hice no glorificó a mi Padre celestial”. Si te hacen preguntas o no comprenden, debes repetir lo mismo. Ésa debe ser tu única respuesta.

[4] Debes comunicarte con tu hermano cristiano y pedirle perdón. Debes decirle que hiciste mal cuando lo trataste de esa manera. Debes admitirle que no le mostraste el amor que Cristo le hubiera mostrado. Debes decirle que él no necesita devolverte el dinero y pedirle que te perdone de la misma manera como Jesús está dispuesto a perdonar todos tus pecados si te arrepientes.

[5] Debes devolverle a Ernie los diezmos que te robaste del alfolí de Dios. Había sido dado al individuo a quien Dios ha llamado como ministro. También tienes que dar una ofrenda de restauración por haberle robado a Dios. No debes hacerlo con pensamientos de enojo como lo hiciste con tu hermano cristiano, sino con amor. Fíjate en lo que dice Lucas 19:8-10: “Y Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto también él es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”.

[6] Debes volver a Dios y pedir que borre tus transgresiones de los registros. Debes reconocer lo que has hecho. Debido a que no cumpliste con lo que Dios mandó, y no puedes usar la ignorancia como excusa, porque has estudiado y conoces la verdad, Él te tendrá por responsable. Si no te arrepientes, Él derramará sobre ti las transgresiones de las almas que habían comenzado a arrepentirse y a volver a Dios, pero ahora se han apartado de Él. Tendrás que hacer restauración por lo que has hecho.

[7] Debes mostrar amor hacia todos. Debes dar a otros lo que esperas de ellos. En todo lo que hagas, debes poner a otros primero. Tienes que comprender que si deseas ser como Cristo, entonces desearás servir a todos tal como lo hizo Cristo. El sitio más exaltado donde se puede servir es el sitio más humilde. Cuando colocaron a Jesús sobre la cruz, Él estiró ambos brazos y sus pies para que los clavasen a la cruz.

Pronto Dios va a romper y derramar otra copa de su ira sobre la faz de la tierra. Esto ocurrirá pronto y será algo notable. Si no has cumplido con lo que Dios te pide antes de que se rompa esa copa, ay de ti. Él dará instrucciones a su ángel registrador que se aparte de ti y vaya a otra parte. Él le dirá a su Espíritu Consolador que se aparte de ti y jamás regrese. Él apartará su cara de ti y quedarás en la sombra de su rostro. Él mandará a aplastar en la tierra tus huesos secos y frágiles. Él mandará que aumente tu dolor. Tu vida, cual flujo, manará de ti y tus días serán abreviados. Entonces, cada día sufrirás dolor hasta se haya vaciado la última gota de tu vida.1

El Heraldo ha terminado de dar las instrucciones para Martha. Le devuelve su lápida a cada uno de los tres ángeles. Entonces cada uno de ellos vuela hacia arriba como si fuera un relámpago.

El sueño del 5 de febrero de 2011:
En este sueño se me recuerda que en Febrero de 2010 recibimos las siguientes instrucciones, las cuales cumplimos: Yo debía preparar el sueño del 10 de febrero de 2010. Becky debía orar y entonces relatar el sueño a su hermana, Martha. Su madre de ellas recibió una copia del sueño y ella y yo estuvimos presentes como testigos. Después de presentarlo, Becky abrazó a Martha con lágrimas y le rogó que no decepcionara a Jesús. Entonces, mientras Becky y yo nos íbamos, Martha le dijo a su madre que el sueño era de Satanás. Ella rechazó los mensajes, a pesar de que le fueron relatados con paciencia y amor.2

Poco después, Martha fue a un miembro de su iglesia, quien ella sabía que apoyaba el ministerio de Dios. Aunque no debo mencionar su nombre, se lo puede describir como de ascendencia noruega. Ese individuo cayó desde una altura grande y pudiera haber muerto, pero la mano misericordiosa de Dios preservó su vida porque tenía una obra que hacer por Él. Martha fue a ese hermano, le contó mentiras y cuentos para perturbarlo grandemente. Él decidió dejar de apoyar el ministerio de Dios. Él no cumplió con lo que él mismo había dicho tantas veces en cuanto al deber de ir a la fuente para verificar datos.

Hace años, el nombre de ese mismo hermano fue presentado a la junta de la iglesia para ser borrado. En ese entonces, yo era un miembro nuevo de esa iglesia y ocupaba el puesto de anciano y miembro de la junta. Aunque todavía no conocía a ese hermano, lo defendí y recomendé que se orara y ejerciera paciencia y que dos ancianos y el pastor lo visitaran. Se hizo la visita y se decidió no borrarlo. Ese individuo nunca supo de la defensa que fue hecha a su favor. Él escuchó a Martha, quien siguió con su modo de tratar de destruir el ministerio que Dios me ha llamado a hacer.

El Heraldo me dice que es hora de compartir este sueño para que todos puedan ver el amor y poder de Dios y la paciencia que tiene mientras aguarda que cada uno se arrepienta. Estos datos también son importantes para los que dicen que Dios no mata ni destruye, que Él perdona todo. Sépase que Dios ama al pecador, pero odia el pecado.

El Heraldo me cuenta esta parábola. Había una vez un hombre cuya esposa era una ama de casa impecable. Todo en la casa era blanco. Un día, el esposo estaba en el garaje trabajando debajo de su auto. Cuando terminó, estaba cubierto de aceite y grasa. Fue a una puerta de la casa y le dijo a su esposa que necesitaba entrar para limpiarse. La esposa le dijo a su esposo que aunque lo amaba, primero él tenía que regresar al garaje para limpiarse de toda la suciedad antes de poder entrar en la casa.

Así es nuestro Padre celestial. Él dice que debemos preparar un recipiente limpio. El cielo es un sitio donde no hay pecado. Los que están en el pecado no pueden entrar por sus puertas. El Padre está a la puerta. Ama a todos, pero no permitirá que entre nadie que esté sucio con el pecado.

En el sueño del 5 de febrero de 2010, se me mostró el calendario con la fecha 10 de febrero circundada de azul. Ése fue el día cuando recibí el mensaje para Martha. Dos veces se me mostró un período de siete días, y entonces otros 3 días que Dios, en su misericordia y paciencia, le dio a Martha esperando que se arrepintiera. Esos días terminaron el 27 de febrero.3 Se me mostró una copa de ira que se rompería y derramaría ese día, cuyos resultados serían notables. En ese día, la copa fue derramada sobre Chile. En esa oportunidad me fue dicho que no publicase el sueño, porque tenía que ver con fechas. Todo el pueblo de Dios debe saber que después del 22 de octubre de 1844, no habrá ninguna profecía que use el tiempo.4

El 27 de febrero de 2010, el Padre derramó una copa de su ira sobre Chile. No queda duda que la destrucción que resultó fue notable. Ese terremoto causó un cambio en el reloj de la tierra. Ese terremoto hizo que una área grande de Chile se moviese una buena distancia. Debido a ese terremoto, han cambiado los patrones meteorológicos.

El mundo entero observó con asombro el poder destructor del clima. El verano pasado el mundo entero observó inundaciones, incendios, huracanes y tornados. El mundo entero fue testigo de los grandes cambios en el clima. En ciertas partes hubo temperaturas sumamente altas, mientras que en otras hubo temperaturas sumamente bajas. El invierno fue testigo de tormentas de nieve, hielo y temperaturas frígidas fuera de lo común en muchas partes del mundo. Todos esos cambios climáticos seguirán. Esta primavera, como testamento de las palabras de Dios, muchos experimentarán tornados de una manera nunca antes vista. La sobreabundancia de lluvia y nieve que se derrite provocará inundaciones destructoras. Sépase que este verano muchos serán quemados con el calor del sol. Se desatarán los vientos del clima grandemente. Los tornados, huracanes, inundaciones e incendios serán terribles. Este clima tremendo continuará, y debido a eso muchos morirán.5

Dios pide que su pueblo escuche su voz y obedezca las advertencias de sus mensajeros. Él ha mostrado que cuando quebrantamos aunque sea un solo mandamiento, quebrantamos todos. A pesar de que Martha quebrantó los diez, ella nunca acudió humildemente ante el trono de misericordia de Dios para arrepentirse. A partir de febrero de 2010, Él permitió que pasaran diez meses—un mes por cada uno de sus mandamientos—antes de quitarle su protección.

En la mañana del 18 de diciembre de 2010, Dios permitió que Martha se resbalase y cayese. Tal como Dios dijo que ocurriría si ella no se arrepentía, sus huesos fueron “aplastados en la tierra”.6 A pesar de que sólo se cayó una corta distancia, el hueso debajo de la rodilla se destrozó. La llevaron al hospital, pero fue necesario esperar que bajase la hinchazón antes de poder hacerle cirugía. Yacía en el dolor, pero Dios ya no escuchaba sus plegarias pidiendo alivio. Estaba cumpliendo lo que dijo que haría si Martha no se arrepentía. Repetimos, Él ama al pecador, pero odia el pecado. Dios no andará con los que rehúsan desprenderse del pecado.

Después de hacerle una cirugía muy extensa, el médico le explicó que puede ser que la cirugía no le ayude mucho, porque sus huesos están secos y frágiles. Es por eso que se lastimó tanto con una caída tan pequeña que normalmente sólo hubiese causado una torcedura. Le dijo que iba a estar confinada a la cama y que era posible que nunca volviera a caminar.

El Heraldo dijo que los padres de Martha, ancianos en sus años de jubilación, ahora se ven obligados a cuidar a su hija inválida en su casa. Él revela que ellos deberían haber aconsejado a su hija a arrepentirse, debido a que era claro que andaba por un mal camino.

Dice el Heraldo, “Ven, hay algo que debo mostrarte”. Me lleva al futuro cercano donde la vida de Martha se abrevia, tal como Dios dijo que haría si ella no se arrepentía. Debido a que Martha ya no tenía empleo, ella no quiso usar sus ahorros para pagar sus gastos médicos. Por lo tanto, debido a que sus padres decidieron pagar sus gastos médicos, no querían gastar dinero para su funeral también. Decidieron celebrar un servicio de conmemoración en su casa, y prepararon refrigerios para los que asistieran. Miraban por las ventanas, pero nadie fue, ni siquiera un miembro de la iglesia fue. Después de un rato, la madre de Martha dijo que tenía quehaceres en el jardín. Su padre de ella se sentó frente a la televisión para ver un juego de pelota.

El Heraldo reveló que de esa manera serán recordados los que no se arrepientan. Los miembros de iglesia ni siquiera muestran amor los unos por los otros. Hace más de un año, el padre de Becky y Martha tuvo una intervención quirúrgica. A pesar de que es el primer anciano de la iglesia, ni un miembro de la iglesia fue a visitarlo en el hospital.

Entonces el Heraldo me mostró algo que todos deben comprender. Me lleva de nuevo al sueño “El Fin”, donde veo a miembros de mi familia durante la segunda resurrección. Ellos recibieron la verdad, pero debido al orgullo, mintieron o condenaron los mensajes que Dios me ha dado. Es necesario preguntar: ¿Cuándo se ha visto que Satanás lleve a la gente al arrepentimiento genuino y a entregar sus vidas y corazones a Jesús? Ahora, en vez de recibir una corona de vida, a esos familiares se los condena a muerte eterna. Me duele el corazón, porque se los responsabilizará por descarriar a otros. Ellos pensaban que estaban viviendo vidas de cristianos genuinos, pero van a escuchar a Cristo decirles, “No os conozco”. Permanecen de pie, inmóviles, esperando recibir su castigo.

Explica el Heraldo que todos los que reconozcan sus pecados y los confiesen y se arrepientan por la sangre de Jesús, estarán en pie sobre las murallas de la Nueva Jerusalén. Al mirar hacia los que no fueron salvados, y quizá vean amistades o familiares, sus corazones se partirán de dolor. Sin embargo, comprenderán que Dios muestra su justicia a través de su misericordia. Todo el universo sabrá que, al dar fin al espanto que es el pecado, Dios muestra su justicia y su misericordia.7 Dios destruirá; el pecado y los pecadores dejarán de existir.8

El Heraldo me dice que debo tomar nota especial de lo que estoy viendo. Veo que Jesús, como el Rey del universo, acaba de recibir su corona y está de pie, victorioso, encima de la Ciudad Santa. El Heraldo explica que debemos comprender que vamos a aprender mucho acerca de cuánto Jesús renunció cuando vino a esta tierra. Él vivió y sirvió solamente con el poder que su Padre le dio.9 Todo lo que hace ahora como nuestro Intercesor es por medio del Padre. Es por eso que nos envió el Espíritu Santo cuando regresó al cielo.10 Es por eso que Él no conoce ni el día ni la hora de su regreso.11Antes de venir a esta tierra, Él era omnipotente (poder sin límites), omnisciente (sabía/conocía todo), y omnipresente (la capacidad de estar en todas partes a la vez).

Ahora veo que Jesús levanta su mano en alto y veo lo que sólo puedo describir como rayos de luz que dimanan de su cicatriz. Yo pienso que es la misma mano que levantó voluntariamente para que fuese clavada en la cruz por nuestros pecados. Cada ser en el universo lo observa. Él mira hacia el Padre, y repentinamente cae fuego de los cielos. El fuego no tiene llamas, pero es un calor blanco de una intensidad que es difícil describir.

El Heraldo me llama la atención para que mire a Martha. En mi corazón quiero clamar, pero sé que la justicia tiene que llevarse a cabo, porque Dios no puede permitir que el pecado entre en el cielo. También se debe al gran amor y misericordia de Dios. Él sabe que Martha no sería feliz en el cielo, donde no hay engaño, robo, orgullo ni fornicación.

Veo mientras Martha se consume durante lo que parecen ser muchos días o semanas, debido a sus pecados y aquéllos a quienes apartó del Padre. En mi corazón le estoy rogando a Dios que abrevie sus sufrimientos. Junto a ella, algunos se consumen rápidamente y no queda rastro de su existencia. La escena que veo delante de mí es espantosa.12

El Heraldo me dice que me aferre a mi fe y que confíe en Aquél que está en pie como Rey del universo. ¡Dios pide que todos acudan a Él y se arrepientan ahora! Martha tuvo su oportunidad, tal como la tienen todos los demás. Me explica el Heraldo que los que condenan los mensajes de Dios ocuparán un sitio junto a Martha.

Dice el Heraldo, “Sé que será difícil compartir este mensaje. Tú eres un mensajero llamado por Dios, y se te ha mandado a compartir lo que se te ha mostrado. No debes preocuparte por lo que otros digan. Todos los que hablen en contra de los mensajes tendrán que rendirle cuentas a Dios. Sigue fiel. Aconseja y consuela donde y cuando sea necesario, tal como se te mande. Prepara a su pueblo para los tiempos que se acercan. Sepas que serán pocos. Como Martha, muchos caminan por la senda donde no hay arrepentimiento.


  1. Hechos 5:1-11
    Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles. Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron. Y levantándose los jóvenes, lo envolvieron, y sacándolo, lo sepultaron. Pasado un lapso como de tres horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido. Entonces Pedro le dijo: Dime, ¿vendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo: Sí, en tanto. Y Pedro le dijo: ¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti. Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró; y cuando entraron los jóvenes, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido. Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas.

    Números 16:25-35
    Entonces Moisés se levantó y fue a Datán y a Abiram, y los ancianos de Israel fueron en pos de él. Y él habló a la congregación, diciendo: Apartaos ahora de las tiendas de estos hombres impíos, y no toquéis ninguna cosa suya, para que no perezcáis en todos sus pecados. Y se apartaron de las tiendas de Coré, de Datán y de Abiram en derredor; y Datán y Abiram salieron y se pusieron a las puertas de sus tiendas, con sus mujeres, sus hijos y sus pequeñuelos. Y dijo Moisés: En esto conoceréis que Jehová me ha enviado para que hiciese todas estas cosas, y que no las hice de mi propia voluntad. Si como mueren todos los hombres murieren éstos, o si ellos al ser visitados siguen la suerte de todos los hombres, Jehová no me envió. Mas si Jehová hiciere algo nuevo, y la tierra abriere su boca y los tragare con todas sus cosas, y descendieren vivos al Seol, entonces conoceréis que estos hombres irritaron a Jehová. Y aconteció que cuando cesó él de hablar todas estas palabras, se abrió la tierra que estaba debajo de ellos. Abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré, y a todos sus bienes. Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos al Seol, y los cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la congregación. Y todo Israel, los que estaban en derredor de ellos, huyeron al grito de ellos; porque decían: No nos trague también la tierra. También salió fuego de delante de Jehová, y consumió a los doscientos cincuenta hombres que ofrecían el incienso.

    The Review and Herald (La Revista Adventista) 3 de julio de 1888
    Nuestro Dios ve nuestros corazones de una manera distinta a la cual nosotros miramos. Él conoce nuestros pensamientos secretos. Él mira las partes recónditas de nuestra naturaleza. Cuando nuestro corazón está intranquilo y agobiado, Él envía respuestas a nuestras oraciones. Él escucha nuestros gemidos profundos y nos muestra los puntos flacos de nuestros caracteres para que venzamos nuestros defectos, en vez de ser vencidos por ellos. Las pruebas vienen cuando Él abre a nuestra vista aspectos desconocidos de nuestro ser. Entonces se plantea el interrogante: ¿Aceptaremos o no la reprensión y consejo de Dios? ¿Nos aferraremos a nuestros propios planes e ideas y creeremos que tenemos más valor de lo que deberíamos? Dios conoce mejor que nosotros lo que les conviene a sus hijos; y si ellos pudiesen ver su propia necesidad como Él la ve, dirían que el Señor ha obrado con ellos muy sabiamente. Los caminos del Señor son tinieblas para los que desean ver las cosas a una luz que les complazca. Dios puede discernir su propósito desde el principio; sin embargo, debido a que los caminos del Señor no son los caminos del hombre, parecen oscuros, severos y dolorosos a nuestra naturaleza humana. Pero los caminos de Dios son caminos de misericordia, y su fin será salvación y bendición. [Trad.]
  2. Testimonios para la Iglesia, tomo 5, p. 635
    En la actualidad hay muchas personas que desprecian las fieles reprensiones que Dios ha enviado mediante testimonios. Se me ha mostrado que algunas personas en estos días han llegado al extremo de quemar las palabras escritas de reproche y advertencia, tal como lo hizo el malvado rey de Israel. Pero la oposición ofrecida contra las amenazas de Dios no detendrá su ejecución. Desafiar las palabras del Señor, habladas por medio de sus instrumentos escogidos, tan sólo provocará su ira y finalmente acarreará ruina segura sobre el ofensor. En el corazón del pecador suele encenderse la indignación contra el instrumento elegido por Dios para que presente sus reproches. Siempre ha sido así, y actualmente existe el mismo espíritu que persiguió y encarceló a Jeremías por obedecer la palabra de Jehová.
  3. Efesios 4:28-32
    El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

    The Review and Herald (La Revista Adventista), 20 de septiembre de 1881
    Muchos que dicen ser seguidores de Cristo son ramas secas que pronto serán separadas de la vid viviente. El amor al mundo ha paralizado su espiritualidad, y no están alertas al tema precioso de la redención. La impresión que hacen al mundo esos cristianos profesos es desfavorable para la religión de Cristo. Los tales, necios y descuidados, manifiestan celo y ambición en los asuntos del mundo, pero tienen escaso interés en los temas de importancia eterna. La voz de los mensajeros de Dios les llega como un canto agradable; pero no prestan atención a sus advertencias, reprensiones y ánimo sagrados. Colocan los intereses eternos a la par con las cosas comunes. Se entristece el Espíritu Santo y se retira su influencia. [Trad.]

    The Youth’s Instructor (El Instructor de la Juventud), 30 de noviembre de 1893
    Una vez que Dios envía luz y pruebas para convencer a cualquier mente inteligente y sin prejuicios, y no se recibe ni se pone en práctica, sino que se trata con desprecio, se resiste y rehúsa, se retira el Espíritu Santo y los hombres permanecen en la terquedad que han escogido. [Trad.]
  4. Eventos de los Últimos Días, p. 34
    Declaré definidamente a estas personas fanáticas, en las reuniones espirituales celebradas en Jackson, que estaban haciendo la obra del adversario de las almas; que se hallaban en tinieblas. Pretendían poseer una gran luz según la cual el tiempo de gracia terminaría en octubre de 1844. Entonces declaré en público que al Señor le había placido mostrarme que no habría una fecha definida para el mensaje dado por Dios desde 1844.

    Nuestra posición ha sido de esperar y velar, sin que se proclame un tiempo [o fecha] que tenga lugar entre el fin de los períodos proféticos en 1844 y el momento de la venida de nuestro Señor.

    La gente no tendrá otro mensaje acerca de un tiempo definido. Después de este lapso (Apocalipsis 10:4-6), que ahora abarca desde 1842 a 1844, no puede haber ningún cómputo definido de tiempo profético. El cálculo más prolongado llega hasta el otoño de 1844.

    El Evangelismo, p. 164
    Los tiempos y las sazones son del dominio exclusivo de Dios. ¿Y por qué no nos ha dado Dios este conocimiento? Porque no haríamos un uso correcto de él si nos lo diera. De este conocimiento resultaría un estado de cosas tal entre nuestros hermanos que retardaría grandemente la obra de Dios de preparar un pueblo que permanezca en pie en el gran día que ha de venir. No hemos de embarcarnos en especulaciones con respecto a los tiempos y las sazones que Dios no ha revelado. Jesús dijo a sus discípulos que velaran, pero no respecto a un tiempo definido. Sus seguidores han de estar en la posición de aquéllos que escuchan las órdenes de su Capitán; han de vigilar, esperar, orar y trabajar, mientras se acerca el tiempo para la venida del Señor; pero nadie podrá predecir justamente cuándo vendrá ese tiempo; pues “del día y hora nadie sabe”. No podéis decir que él vendrá de aquí a un año, o dos, o cinco años, ni tampoco debéis postergar su venida declarando que no ocurrirá antes de diez o de veinte años... No hemos de saber el tiempo definido, ni del derramamiento del Espíritu Santo ni de la venida de Cristo.
  5. Mateo 24:7
    Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares.
  6. The Review and Herald (La Revista Adventista), 19 de noviembre de 1908
    Mientras el pueblo de Dios mantenga su fidelidad hacia Él, mientras se aferren a Jesús con fe viva, ellos están bajo la protección de los ángeles celestiales, y no se le permitirá a Satanás llevar a cabo sus artes diabólicas para destruirlos. Pero los que se apartan de Cristo por medio del pecado, están bajo un gran peligro. Si siguen haciendo caso omiso de los requerimientos de Dios, no saben cuán pronto Él los entregará a Satanás, permitiéndole hacer con ellos conforme a su voluntad. Por lo tanto, existe la gran necesidad de mantener el alma libre de contaminación y tener los ojos puestos en la gloria de Dios ; de pensar sobriamente y continuamente velar con oración. [Trad.]
  7. Salmo 89:14
    Justicia y juicio son el cimiento de tu trono; Misericordia y verdad van delante de tu rostro.

    The Signs of the Times (Las Señales de los Tiempos), 24 de marzo de 1881
    La Biblia presenta a Dios no sólo como un Ser de misericordia y benevolencia, sino un Dios de justicia estricta e imparcial. [Trad.]

    The Review and Herald (La Revista Adventista) 10 de marzo de 1904
    Es la gloria de Dios ser misericordioso, lleno de paciencia, bondad, virtud y verdad. Pero la justicia que muestra cuando castiga al pecador es tan ciertamente la gloria de Dios como lo es la manifestación de su misericordia. [Trad.]
  8. El Conflicto de los Siglos, p. 737
    El gran conflicto ha terminado. Ya no hay más pecado ni pecadores. Todo el universo está purificado. La misma pulsación de armonía y de gozo late en toda la creación. De Aquel que todo lo creó manan vida, luz y contentamiento por toda la extensión del espacio infinito. Desde el átomo más imperceptible hasta el mundo más vasto, todas las cosas animadas e inanimadas, declaran en su belleza sin mácula y en júbilo perfecto, que Dios es amor.
  9. The Signs of the Times (Señales de los Tiempos), 18 de marzo de 1897
    En el momento cuando más se lo necesitaba, Jesús, el Hijo de Dios, el Redentor del mundo, vino a la tierra vestido de las ropas de la humanidad. [Trad.]
  10. Juan 16:7
    Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.

    El Deseado de Todas las Gentes, p. 622
    El Espíritu Santo es el representante de Cristo, pero despojado de la personalidad humana e independiente de ella. Estorbado por la humanidad, Cristo no podía estar en todo lugar personalmente. Por lo tanto, convenía a sus discípulos que fuese al Padre y enviase el Espíritu como su sucesor en la tierra. Nadie podría entonces tener ventaja por su situación o su contacto personal con Cristo. Por el Espíritu, el Salvador sería accesible a todos. En este sentido, estaría más cerca de ellos que si no hubiese ascendido a lo alto.
  11. Mateo 24:36
    Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.
  12. Primeros Escritos, p. 53
    Mientras Satanás está reuniendo su ejército, los santos están en la ciudad contemplando la hermosura y la gloria del Paraíso de Dios. Jesús los encabeza y los guía. De repente el amable Salvador se ausentó de nuestra compañía; pero pronto oímos su hermosa voz que decía: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.” Nos reunimos en derredor de Jesús, y precisamente cuando cerraba las puertas de la ciudad, la maldición fue pronunciada sobre los impíos. Las puertas se cerraron. Entonces los santos usaron sus alas y subieron a la parte superior de la muralla de la ciudad. Jesús estaba también con ellos; su corona era gloriosa y resplandeciente. Estaba formada por una corona dentro de otra corona, hasta un total de siete. Las coronas de los ángeles eran del oro más puro, y estaban cuajadas de estrellas. Sus rostros resplandecían de gloria, pues eran la imagen expresa de Jesús; y cuando se levantaron y subieron todos juntos a la cumbre de la ciudad, quedé arrobada por el espectáculo.

    Entonces los impíos vieron lo que habían perdido; bajó sobre ellos fuego de Dios y los consumió. Tal fue la ejecución del juicio. Los impíos recibieron entonces lo que los santos, en unión con Jesús, les habían asignado durante los mil años. El mismo fuego proveniente de Dios que consumió a los impíos purificó toda la tierra. Las desgarradas montañas se derritieron con el ardiente calor; también la atmósfera y todo el rastrojo fueron consumidos. Entonces nuestra heredad apareció delante de nosotros, gloriosa y bella, y heredamos toda la tierra renovada. Clamamos en alta voz: “¡Gloria! ¡Aleluya!”

    El Conflicto de los Siglos, p. 731
    Los impíos reciben su recompensa en la tierra. Proverbios 11:31. “Serán estopa; y aquel día que vendrá, los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos.” Malaquías 4:1. Algunos son destruidos como en un momento, mientras otros sufren muchos días. Todos son castigados “conforme a sus hechos.”