jueves, 29 de julio de 2010

El juicio de Jehová sobre la tierra

Isaías 24

1 He aquí que Jehová vacía la tierra y la desnuda, y trastorna su faz, y hace esparcir a sus moradores.
2 Y sucederá así como al pueblo, también al sacerdote; como al siervo, así a su amo; como a la criada, a su ama; como al que compra, al que vende; como al que presta, al que toma prestado; como al que da a logro, así al que lo recibe.
3 La tierra será enteramente vaciada, y completamente saqueada; porque Jehová ha pronunciado esta palabra.
4 Se destruyó, cayó la tierra; enfermó, cayó el mundo; enfermaron los altos pueblos de la tierra.
5 Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno.
6 Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres.
7 Se perdió el vino, enfermó la vid, gimieron todos los que eran alegres de corazón.
8 Cesó el regocijo de los panderos, se acabó el estruendo de los que se alegran, cesó la alegría del arpa.
9 No beberán vino con cantar; la sidra les será amarga a los que la bebieren.
10 Quebrantada está la ciudad por la vanidad; toda casa se ha cerrado, para que no entre nadie.
11 Hay clamores por falta de vino en las calles; todo gozo se oscureció, se desterró la alegría de la tierra.
12 La ciudad quedó desolada, y con ruina fue derribada la puerta.
13 Porque así será en medio de la tierra, en medio de los pueblos, como olivo sacudido, como rebuscos después de la vendimia.
14 Estos alzarán su voz, cantarán gozosos por la grandeza de Jehová; desde el mar darán voces.
15 Glorificad por esto a Jehová en los valles; en las orillas del mar sea nombrado Jehová Dios de Israel.
16 De lo postrero de la tierra oímos cánticos: Gloria al justo. Y yo dije: !!Mi desdicha, mi desdicha, ay de mí! Prevaricadores han prevaricado; y han prevaricado con prevaricación de desleales.
17 Terror, foso y red sobre ti, oh morador de la tierra.
18 Y acontecerá que el que huyere de la voz del terror caerá en el foso; y el que saliere de en medio del foso será preso en la red; porque de lo alto se abrirán ventanas, y temblarán los cimientos de la tierra.
19 Será quebrantada del todo la tierra, enteramente desmenuzada será la tierra, en gran manera será la tierra conmovida.
20 Temblará la tierra como un ebrio, y será removida como una choza; y se agravará sobre ella su pecado, y caerá, y nunca más se levantará.
21 Acontecerá en aquel día, que Jehová castigará al ejército de los cielos en lo alto, y a los reyes de la tierra sobre la tierra.
22 Y serán amontonados como se amontona a los encarcelados en mazmorra, y en prisión quedarán encerrados, y serán castigados después de muchos días.
23 La luna se avergonzará, y el sol se confundirá, cuando Jehová de los ejércitos reine en el monte de Sion y en Jerusalén, y delante de sus ancianos sea glorioso.

Bendiciones!

domingo, 25 de julio de 2010

Solo para pecadores

Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres.
(Tito 2: 11).
Al desobedecer los mandamientos de Dios, el hombre cayó bajo la condenación
de su ley. Para hacer frente a esta caída debió manifestarse la gracia de Dios en
favor de los pecadores. Nunca hubiéramos aprendido el significado de esta
palabra "gracia" si no hubiéramos caído. Dios ama a los inmaculados ángeles, que
están a su servicio y son obedientes a todos sus mandamientos, pero no les
otorga su gracia. Esos seres celestiales no tienen el más mínimo conocimiento de
la gracia, nunca la han necesitado, porque nunca han pecado. La gracia es un
atributo de Dios manifestado en favor de seres humanos indignos. No la
buscamos; fue enviada para que nos buscara. Dios se goza en conceder su gracia
a todo aquel que la anhela intensamente. Se allega a todos en términos de
misericordia, no porque seamos dignos, sino porque somos totalmente indignos.
Nuestra necesidad es el requisito que nos asegura que recibiremos este don.
Pero Dios no usa su gracia para anular su ley o para reemplazarla . . . La gracia
de Dios y la ley de su reino están en perfecta armonía; caminan de la mano. Su
gracia nos capacita para acercarnos a él por fe. Al recibirla y al permitir que obre
en nuestras vidas, damos testimonio de la vigencia de la ley; ensalzamos la ley y
la honramos al practicar sus principios por medio del poder de la gracia de Cristo;
y al rendir una obediencia pura y de todo corazón a la ley de Dios, damos
testimonio del poder de la redención ante el universo del cielo y frente a un mundo
apóstata . . .
Dios no nos ama porque le hayamos amado primero; sino "siendo aún pecadores"
(Rom. 5: 8) Cristo murió por nosotros, estableciendo plena y abundante provisión
para nuestra redención. Aunque hayamos merecido el desagrado y la
condenación de Dios por nuestra desobediencia, él no nos ha olvidado; no nos ha
abandonado para que enfrentemos el poder del enemigo basándonos en nuestras
propias y limitadas fuerzas. Los ángeles del cielo libran nuestras batallas; y al
cooperar con ellos nos es posible triunfar sobre los poderes del mal.-RH 1-5-9-
1896. 11
MARAVILLOSA GRACIA
ELENA DE WHITE

Bendiciones!

jueves, 22 de julio de 2010

EL ESPIRITISMO

Se me presentó el engaño de los golpes de los médiums espiritistas y vi que Satanás
puede poner ante nosotros la apariencia de formas que simulen ser nuestros parientes
o amigos que duermen en Jesús. Se hará aparentar como si estos deudos estuvieran
presentes en realidad. Hablarán las palabras que pronunciaban mientras estaban aquí,
con las cuales nos hemos familiarizado, y resonará en nuestro oído su mismo timbre de
voz. Todo esto es para engañar al mundo y entramparlo en la creencia de este engaño.
Vi que los santos deben tener cabal comprensión de la verdad presente, que se verán
obligados a sostener por las Escrituras. Deben comprender el estado en que se hallan
los muertos, porque los espíritus diabólicos se les aparecerán aseverando ser queridos
parientes o amigos que les declararán doctrinas contrarias a la Escritura. Harán cuanto
puedan para excitar su simpatía y realizarán milagros, ante ellos para confirmar sus
declaraciones. El pueblo de Dios debe estar preparado para rechazar a estos espíritus
con la verdad bíblica de que los muertos nada saben y que los aparecidos son espíritus
de demonios.
Debemos examinar cuidadosamente el fundamento de nuestra esperanza, porque de
las Escrituras hemos de entresacar la razón que hayamos de dar de ella. Este engaño
espiritista se difundirá, y tendremos que luchar con él cara a cara, y si no estamos
preparados para ello, quedaremos engañados y vencidos. Pero si por nuestra parte
hacemos cuanto podamos a fin de prepararnos para afrontar el conflicto que se
avecina, Dios hará su parte y nos protegerá con su brazo omnipotente. Enviará a todos
los ángeles de la gloria para levantar una valla alrededor de las almas fieles 263 antes
que consentir en que las engañen y extravíen los falaces prodigios de Satanás.
Vi la rapidez con que se difundía el engaño espiritista. Se me mostró un tren de
vagones que marchaban con la velocidad del rayo. El ángel me mandó que observara
cuidadosamente. Fijé la vista en el tren. Parecía que en él iba el mundo entero.
Después el ángel me mostró al jefe del tren, un hermoso e imponente personaje a
quien todos los pasajeros admiraban y reverenciaban. Quedé perpleja y le pregunté a
mi ángel acompañante quién era aquel jefe. Me respondió: "Es Satanás, disfrazado de
ángel de luz. Ha cautivado al mundo. Este ha sido entregado a formidables engaños
para creer en una mentira a fin de que se condene. Su agente, el que le sigue en
categoría, es el maquinista, y otros agentes suyos están empleados en diversos
cargos, según los va necesitando, y todos marchan con relampagueante velocidad a la
perdición."
Le pregunté al ángel si no había quedado nadie sin subir en el tren, y él me mandó que
mirase en dirección opuesta, donde vi una pequeña compañía que caminaba por un
sendero angosto. Todos parecían firmemente unidos por la verdad. Aquella pequeña
compañía daba muestras de fatiga, como si hubiese pasado por muchas pruebas y
conflictos. Parecía como si el sol acabara de levantarse detrás de una nube y brillara
sobre sus rostros, dándoles aire de triunfo, cual si estuvieran próximos a ganar la
victoria.
Vi que el Señor ha dado al mundo ocasión de descubrir el engaño. Si no hubiese otra
prueba, bastaría para el cristiano la de que los espiritistas no hacen distinción entre lo
precioso y lo vil. Satanás representa como muy exaltado en el cielo a Tomás Paine,
cuyo cuerpo está ya convertido en polvo y ha de ser llamado a despertar al fin de los
mil años, cuando la segunda resurrección, para recibir su recompensa y sufrir la
segunda muerte. Satanás se sirvió de Tomás Paine en la tierra tanto como pudo, y
ahora prosigue la misma 264 obra asegurando que está muy honrado y exaltado en el
cielo. Y tal como enseño Paine aquí, finge Satanás que continúa enseñando allí. Y
algunos que solían considerar con horror su vida en la tierra, su muerte y sus
corruptoras enseñanzas, se someten ahora a ser enseñados por él, que fue uno de los
hombres más viles y corruptos, alguien que despreció a Dios y su ley.
El padre de la mentira ciega y engaña al mundo enviando a sus ángeles para que
hablen como si fueran los apóstoles, y esos ángeles hacen que éstos contradigan lo
que escribieron en la tierra por inspiración del Espíritu Santo. Los ángeles mentirosos
hacen aparecer a los apóstoles corrompiendo sus propias enseñanzas y declarándolas
adulteradas. De este modo se complace Satanás en sumir a los que se llaman
cristianos, y a toda clase de gente, en incertidumbre respecto a la Palabra de Dios. Ese
Santo Libro se interpone directamente en su camino para desbaratar sus planes; por lo
tanto, él induce a los hombres a que duden del origen divino de la Biblia. Luego ensalza
al incrédulo Tomás Paine, como si al morir hubiera entrado en el cielo y, unido ahora
con los santos apóstoles a quienes odió en la tierra, se dedicara a enseñar al mundo.
Satanás señala a cada uno de sus ángeles el papel que han de representar. Les
encarga a todos que sean arteros y astutos maquinadores. A unos les manda que
desempeñen el papel de apóstoles y hablen por ellos, mientras que a otros les asigna
la función de incrédulos e impíos que murieron maldiciendo a Dios, pero que ahora
parecen muy religiosos. No hace distinción entre los más santos apóstoles y los más
viles incrédulos. A todos los presenta como enseñando lo mismo. No le importa a
Satanás a quién haga hablar, con tal de lograr su objeto. Estuvo íntimamente
relacionado con Paine en la tierra, ayudándole en su obra, y por lo tanto, le es muy fácil
conocer las palabras y la misma escritura de quien le sirvió tan fielmente y tan bien
cumplió 265 su propósito. Satanás dictó mucho de lo escrito por Paine, y así le es cosa
fácil expresar ahora, por medio de sus ángeles, sentimientos que parezcan provenir de
Paine. Esta es la obra maestra de Satanás. Todas las enseñanzas que se dan como
provenientes de los apóstoles, de los santos y de los impíos ya muertos, proceden en
realidad directamente de su majestad satánica.
El hecho de que Satanás asevere que un ser a quien él tanto amó y que tan
cumplidamente odió a Dios esté ahora en la gloria con los santos apóstoles y con los
ángeles, debiera bastar para descorrer el velo de todas las mentes y revelarles las
misteriosas y negras obras de Satanás, quien en suma dice al mundo y a los
incrédulos: "Por impíamente que viváis, sea que creáis o dejéis de creer en Dios y en la
Biblia, obrad como os plazca, el cielo es vuestra morada, pues todos saben que si
Tomás Paine está tan exaltado en el cielo, todos entrarán seguramente allí." Esto es
tan notorio que todos pueden verlo si quieren. Satanás está ahora haciendo, por medio
de personas como Tomás Paine, lo que siempre trató de hacer desde su caída. Por
medio de su poder y de sus prodigios mentirosos, está socavando los fundamentos de
la esperanza cristiana y eclipsando el sol que ha de iluminar el angosto sendero que
conduce al cielo. Está haciendo creer al mundo que la Biblia no es inspirada ni mejor
que un libro de cuentos, mientras que trata de suplantarla con las manifestaciones
espiritistas.
Estas son una agencia enteramente suya, sujeta a su gobierno, y puede hacer creer al
mundo cuanto le plazca. Coloca en la sombra, que es donde le conviene colocarlo, el
libro que ha de juzgarlo a él y a sus secuaces. Dice que el Salvador del mundo fue un
hombre como otro cualquiera; y así como los guardias romanos que custodiaban el
sepulcro de Jesús propalaron el mentiroso informe que los ancianos y los príncipes de
los sacerdotes pusieron en sus bocas, los pobres e ilusos adeptos a las pretendidas
manifestaciones 266 espiritistas, repetirán y tratarán de dar a entender que nada hubo
de milagroso en el nacimiento de nuestro Salvador ni en su muerte y resurrección.
Después de relegar a Jesús a último término, llamarán la atención de la gente hacia sí
mismos, sus milagros y prodigios mentirosos, que según ellos dicen, superan a las
obras de Cristo. Así cae la gente en el lazo, adormeciéndose en un sentimiento de
seguridad que no le permitirá advertir su horrible engaño antes que se derramen las
siete últimas plagas. Satanás se ríe al ver cuán bien le va saliendo su plan, y que el
mundo entero va cayendo en sus redes.

PRIMEROS ESCRITOS
ELENA DE WHITE

Bendiciones!

miércoles, 21 de julio de 2010

"Destruído por Falta de Conocimiento"

EL FAVOR de Dios para con los hijos de Israel había dependido siempre de que
obedeciesen. Al pie del Sinaí habían hecho con él un pacto como su "especial tesoro
sobre todos los pueblos." Solemnemente habían prometido seguir por la senda de la
obediencia. Habían dicho: "Todo lo que Jehová ha dicho haremos" (Exo. 19: 5, 8). Y
cuando, algunos días más tarde, la ley de Dios fue pronunciada desde el monte y por
medio de Moisés se dieron instrucciones adicionales en forma de estatutos y juicios, los
israelitas volvieron a prometer a una voz: "Todo lo que Jehová ha dicho haremos."
Cuando se ratificó el pacto, el pueblo volvió a declarar unánimemente: "Haremos todas
las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos." (Exo. 24: 3, 7.) Dios había escogido
a Israel como su pueblo, y éste le había escogido a él como su Rey.
Al acercarse el fin de las peregrinaciones por el desierto, se repitieron las condiciones
del pacto. En Baal - peor, en los lindes de la tierra prometida, donde muchos cayeron
víctimas de la tentación sutil, los que permanecieron fieles renovaron sus votos de
lealtad. Moisés los puso en guardia contra las tentaciones que los asaltarían en el
futuro; y los exhortó fervorosamente a que permaneciesen separados de las naciones
circundantes y adorasen a Dios solo.
Moisés había instruido así a Israel: "Ahora pues, oh Israel, oye los estatutos y derechos
que yo os enseño, para que los ejecutéis, y viváis, y entréis, y poseáis la tierra que
Jehová el Dios de vuestros padres te da. No añadiréis a la palabra que 220 yo os
mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro
Dios que yo os ordeno. . . . Guardadlos, pues, y ponedlos por obra: porque esta es
vuestra sabiduría y vuestra inteligencia en ojos de los pueblos, los cuales oirán todos
estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, gente grande es ésta."
(Deut. 4: 1-6.)
Se les había encargado especialmente a los israelitas que no olvidasen los
mandamientos de Dios, en cuya obediencia hallarían fortaleza y bendición. He aquí las
palabras que el Señor les dirigió por Moisés: "Guárdate, y guarda tu alma con
diligencia, que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu
corazón todos los días de tu vida: y enseñarlas has a tus hijos, y a los hijos de tus
hijos." (Vers. 9.) Las escenas pavorosas relacionadas con la promulgación de la ley en
el Sinaí no debían olvidarse jamás. Habían sido claras y decididas las advertencias
dadas a Israel contra las costumbres idólatras que prevalecían entre las naciones
vecinas. El consejo que se le había dado había sido: "Guardad pues mucho vuestras
almas, . . . porque no os corrompáis, y hagáis para vosotros escultura, imagen de figura
alguna," "y porque alzando tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y
todo el ejército del cielo, no seas incitado, y te inclines a ellos, y les sirvas; que Jehová
tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos." "Guardaos no
os olvidéis del pacto de Jehová vuestro Dios, que él estableció con vosotros, y os
hagáis escultura o imagen de cualquier cosa, que Jehová tu Dios te ha vedado." (Vers.
15, 16, 19, 23.)
Moisés explicó los males que resultarían de apartarse de los estatutos de Jehová.
Invocando como testigos los cielos y la tierra, declaró que si, después de haber morado
largo tiempo en la tierra prometida, el pueblo llegara a introducir formas corruptas de
culto y a inclinarse ante imágenes esculpidas, y si rehusara volver al culto del
verdadero Dios, la ira del Señor se despertaría y ellos serían llevados cautivos y
dispersados entre los paganos. Les advirtió: "Presto pereceréis totalmente de la 221
tierra hacia la cual pasáis el Jordán para poseerla: no estaréis en ella largos días sin
que seáis destruídos. Y Jehová os esparcirá entre los pueblos, y quedaréis pocos en
número entre las gentes a las cuales os llevará Jehová: y serviréis allí a dioses hechos
de manos de hombres, a madera y a piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen."
(Vers. 26-28.)
Esta profecía, que se cumplió en parte en tiempo de los jueces, halló un cumplimiento
más completo y literal en el cautiverio de Israel en Asiria y de Judá en Babilonia.
La apostasía de Israel se había desarrollado gradualmente. De generación en
generación, Satanás había hecho repetidas tentativas para inducir a la nación escogida
a que olvidase "los mandamientos, estatutos, y derechos" (Deut. 6: 1.) que había
prometido guardar para siempre. Sabía él que si tan sólo podía inducir a Israel a
olvidarse de Dios, y a andar "en pos de dioses ajenos" para servirlos y postrarse ante
ellos, "de cierto" perecería. (Deut. 8: 19.)
Sin embargo, el enemigo de la iglesia de Dios en la tierra no había tenido plenamente
en cuenta la naturaleza compasiva de Aquel que "de ningún modo justificará al
malvado," y sin embargo se gloría en ser "misericordioso, y piadoso; tardo para la ira, y
grande en benignidad y verdad; que guarda la misericordia en millares, que perdona la
iniquidad, la rebelión, y el pecado." (Exo. 34: 6, 7.) A pesar de los esfuerzos hechos por
Satanás para estorbar el propósito de Dios en favor de Israel, el Señor se reveló
misericordiosamente aun en algunas de las horas más sombrías de su historia, cuando
parecía que las fuerzas del mal estaban por ganar la victoria. Recordó a Israel las
cosas destinadas a contribuir al bienestar de la nación. Declaró por medio de Oseas:
"Escribíle las grandezas de mi ley, y fueron tenidas por cosas ajenas." "Yo con todo eso
guiaba en pies al mismo Ephraim, tomándolos de sus brazos; y no conocieron que yo
los cuidaba." (Ose. 8: 12; 11: 3.) El Señor los había tratado con ternura, instruyéndolos
por sus profetas y dándoles renglón sobre renglón, precepto sobre precepto. 222
Si Israel hubiese escuchado los mensajes de los profetas, se le habría ahorrado la
humillación que siguió. Pero el Señor se vio obligado a dejarlo ir en cautiverio porque
persistió en apartarse de su ley. El mensaje que le mandó por Oseas fue éste: "Mi
pueblo está destruído por falta de conocimiento. Por cuanto tú has rechazado con
desprecio el conocimiento de Dios, yo también te rechazaré, . . . puesto que te has
olvidado de la ley de tu Dios." (Ose. 4: 6, V.M.)
En toda época, la transgresión de la ley de Dios fue seguida por el mismo resultado. En
los días de Noé, cuando se violó todo principio del bien hacer, y la iniquidad se volvió
tan arraigada y difundida que Dios no pudo soportarla más, se promulgó el decreto:
"Raeré los hombres que he creado de sobre la faz de la tierra" (Gén. 6: 7.) En los
tiempos de Abrahán, el pueblo de Sodoma desafió abiertamente a Dios y a su ley; y se
manifestó la misma perversidad, la misma corrupción y la misma sensualidad
desenfrenada que habían distinguido al mundo antediluviano. Los habitantes de
Sodoma sobrepasaron los límites de la tolerancia divina, y contra ellos se encendió el
fuego de la venganza.
El tiempo que precedió al cautiverio de las diez tribus de Israel se destacó por una
desobediencia y una perversidad similares. No se tenía en cuenta para nada la ley de
Dios, y esto abrió las compuertas de la iniquidad sobre Israel. Oseas declaró: "Jehová
pleitea con los moradores de la tierra; porque no hay verdad, ni misericordia, ni
conocimiento de Dios en la tierra. Perjurar, y mentir, y matar, y hurtar y adulterar
prevalecieron, y sangres se tocaron con sangres." (Ose. 4: 1, 2.)
Las profecías de juicio que dieran Amós y Oseas iban acompañadas de predicciones
referentes a una gloria futura. A las diez tribus, durante mucho tiempo rebeldes e
impenitentes, no se les prometió una restauración completa de su poder anterior en
Palestina. Hasta el fin del tiempo, habrían de andar "errantes entre las gentes." Pero
mediante Oseas fue dada una profecía que les ofreció el privilegio de tener parte en la
restauración 223 final que ha de experimentar el pueblo de Dios al fin de la historia de
esta tierra, cuando Cristo aparezca como Rey de reyes y Señor de señores. Declaró el
profeta: "Muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, y sin príncipe, y sin sacrificio, y
sin estatua, y sin ephod, y sin teraphim. Después -agregó el profeta- volverán los hijos
de Israel, y buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y temerán a Jehová y a su
bondad en el fin de los días." (Ose. 3: 4, 5.)
En un lenguaje simbólico Oseas presentó a las diez tribus el plan que Dios tenía para
volver a otorgar a toda alma penitente que se uniese con su iglesia en la tierra las
bendiciones concedidas a Israel en los tiempos cuando éste le era leal en la tierra
prometida. Refiriéndose a Israel como a quien deseaba manifestar misericordia, el
Señor declaró: "Empero he aquí, yo la induciré, y la llevaré al desierto, y hablaré a su
corazón. Y daréle sus viñas desde allí, y el valle de Achor por puerta de esperanza; y
allí cantará como en los tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de la
tierra de Egipto. Y será que en aquel tiempo, dice Jehová, me llamarás Marido mío, y
nunca más me llamarás Baali [Margen: Mi señor]. Porque quitaré de su boca los
nombres de los Baales, y nunca más serán mentados por sus nombres." (Ose. 2: 14 -
17.)
En los últimos días de la historia de esta tierra, debe renovarse el pacto de Dios con su
pueblo que guarda sus mandamientos. "En aquel día yo haré por ellos un pacto con las
fieras del campo, y con las aves del cielo, y con los reptiles del suelo; y quebraré el
arco y la espada, y quitaré la guerra de en medio de la tierra; y haré que duerman ellos
seguros. Y te desposaré conmigo para siempre: sí, te desposaré conmigo en justicia, y
en rectitud, y en misericordia y en compasiones; también te desposaré conmigo en
fidelidad, y tú conocerás a Jehová.
"Sucederá también que en aquel día yo responderé, dice Jehová; yo responderé a los
cielos, y ellos responderán a la tierra; y la tierra responderá al trigo y al vino y al aceite;
y ellos 224 responderán a Jezreel. Y te sembraré para mí mismo en la tierra; y me
compadeceré de la no compadecida, y al que dije que no era mi pueblo, le diré: ¡Pueblo
mío eres! y él me dirá a mí: ¡Tú eres mi Dios!" (Vers. 18-23, V.M.)
"Y acontecerá en aquel tiempo, que los que hubieren quedado de Israel, y los que
hubieren quedado de la casa de Jacob, . . . se apoyarán con verdad en Jehová Santo
de Israel." (Isa. 10: 20.) De "toda nación y tribu y lengua y pueblo" saldrán algunos que
responderán gozosamente al mensaje: "Temed a Dios, y dadle honra; porque la hora
de su juicio es venida." Se apartarán de todo ídolo que los una a la tierra, y adorarán "a
aquel que ha hecho el cielo y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas." Se librarán
de todo enredo, y se destacarán ante el mundo como monumentos de la misericordia
de Dios. Obedientes a los requerimientos divinos, serán reconocidos por los ángeles y
por los hombres como quienes guardaron "los mandamientos de Dios, y la fe de
Jesús." (Apoc. 14: 6, 7, 12.)
"He aquí vienen días, dice Jehová, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador
de las uvas al que lleva la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados
se derretirán. Y tornaré el cautiverio de mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades
asoladas, y las habitarán; y plantarán viñas, y beberán el vino de ellas; y harán huertos,
y comerán el fruto de ellos. Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán
arrancados de su tierra que yo les dí, ha dicho Jehová Dios tuyo." (Amós 9: 13-15.) 225


LA HISTORIA DE PROFETAS Y REYES
ELENA G. de WHITE

Bendiciones!

lunes, 19 de julio de 2010

Condenación de los falsos profetas

1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
2 Hijo de hombre, profetiza contra los profetas de Israel que profetizan, y di a los que profetizan de su propio corazón: Oíd palabra de Jehová.
3 Así ha dicho Jehová el Señor: !!Ay de los profetas insensatos, que andan en pos de su propio espíritu, y nada han visto!
4 Como zorras en los desiertos fueron tus profetas, oh Israel.
5 No habéis subido a las brechas, ni habéis edificado un muro alrededor de la casa de Israel, para que resista firme en la batalla en el día de Jehová.
6 Vieron vanidad y adivinación mentirosa. Dicen: Ha dicho Jehová, y Jehová no los envió; con todo, esperan que él confirme la palabra de ellos.
7 ¿No habéis visto visión vana, y no habéis dicho adivinación mentirosa, pues que decís: Dijo Jehová, no habiendo yo hablado?
8 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto vosotros habéis hablado vanidad, y habéis visto mentira, por tanto, he aquí yo estoy contra vosotros, dice Jehová el Señor.
9 Estará mi mano contra los profetas que ven vanidad y adivinan mentira; no estarán en la congregación de mi pueblo, ni serán inscritos en el libro de la casa de Israel, ni a la tierra de Israel volverán; y sabréis que yo soy Jehová el Señor.
10 Sí, por cuanto engañaron a mi pueblo, diciendo: Paz, no habiendo paz;(A) y uno edificaba la pared, y he aquí que los otros la recubrían con lodo suelto,
11 di a los recubridores con lodo suelto, que caerá; vendrá lluvia torrencial, y enviaré piedras de granizo que la hagan caer, y viento tempestuoso la romperá.
12 Y he aquí cuando la pared haya caído, ¿no os dirán: ¿Dónde está la embarradura con que la recubristeis?
13 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Haré que la rompa viento tempestuoso con mi ira, y lluvia torrencial vendrá con mi furor, y piedras de granizo con enojo para consumir.
14 Así desbarataré la pared que vosotros recubristeis con lodo suelto, y la echaré a tierra, y será descubierto su cimiento, y caerá, y seréis consumidos en medio de ella; y sabréis que yo soy Jehová.
15 Cumpliré así mi furor en la pared y en los que la recubrieron con lodo suelto; y os diré: No existe la pared, ni los que la recubrieron,
16 los profetas de Israel que profetizan acerca de Jerusalén, y ven para ella visión de paz, no habiendo paz, dice Jehová el Señor.
17 Y tú, hijo de hombre, pon tu rostro contra las hijas de tu pueblo que profetizan de su propio corazón, y profetiza contra ellas,
18 y di: Así ha dicho Jehová el Señor: !!Ay de aquellas que cosen vendas mágicas para todas las manos, y hacen velos mágicos para la cabeza de toda edad, para cazar las almas! ¿Habéis de cazar las almas de mi pueblo, para mantener así vuestra propia vida?
19 ¿Y habéis de profanarme entre mi pueblo por puñados de cebada y por pedazos de pan, matando a las personas que no deben morir, y dando vida a las personas que no deben vivir, mintiendo a mi pueblo que escucha la mentira?
20 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra vuestras vendas mágicas, con que cazáis las almas al vuelo; yo las libraré de vuestras manos, y soltaré para que vuelen como aves las almas que vosotras cazáis volando.
21 Romperé asimismo vuestros velos mágicos, y libraré a mi pueblo de vuestra mano, y no estarán más como presa en vuestra mano; y sabréis que yo soy Jehová.
22 Por cuanto entristecisteis con mentiras el corazón del justo, al cual yo no entristecí, y fortalecisteis las manos del impío, para que no se apartase de su mal camino, infundiéndole ánimo,
23 por tanto, no veréis más visión vana, ni practicaréis más adivinación; y libraré mi pueblo de vuestra mano, y sabréis que yo soy Jehová.

Ezequiel 13

Bendiciones

miércoles, 14 de julio de 2010

El rey de gloria

. 1 De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan.
2 Porque él la fundó sobre los mares, Y la afirmó sobre los ríos.
3 ¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo?
4 El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas vanas, Ni jurado con engaño.
5 El recibirá bendición de Jehová, Y justicia del Dios de salvación.
6 Tal es la generación de los que le buscan, De los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob. Selah
7 Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, Y alzaos vosotras, puertas eternas, Y entrará el Rey de gloria.
8 ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte y valiente, Jehová el poderoso en batalla.
9 Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, Y alzaos vosotras, puertas eternas, Y entrará el Rey de gloria.
10 ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová de los ejércitos, El es el Rey de la gloria. Selah

Bendiciones!

domingo, 11 de julio de 2010

UN GRAN SUENO

Daniel 2
1 En el segundo año del reinado de Nabucodonosor, tuvo Nabucodonosor sueños, y se perturbó su espíritu, y se le fue el sueño.
2 Hizo llamar el rey a magos, astrólogos, encantadores y caldeos, para que le explicasen sus sueños. Vinieron, pues, y se presentaron delante del rey.
3 Y el rey les dijo: He tenido un sueño, y mi espíritu se ha turbado por saber el sueño.
4 Entonces hablaron los caldeos al rey en lengua aramea: Rey, para siempre vive; di el sueño a tus siervos, y te mostraremos la interpretación.
5 Respondió el rey y dijo a los caldeos: El asunto lo olvidé; si no me mostráis el sueño y su interpretación, seréis hechos pedazos, y vuestras casas serán convertidas en muladares.
6 Y si me mostrareis el sueño y su interpretación, recibiréis de mí dones y favores y gran honra. Decidme, pues, el sueño y su interpretación.
7 Respondieron por segunda vez, y dijeron: Diga el rey el sueño a sus siervos, y le mostraremos la interpretación.
8 El rey respondió y dijo: Yo conozco ciertamente que vosotros ponéis dilaciones, porque veis que el asunto se me ha ido.
9 Si no me mostráis el sueño, una sola sentencia hay para vosotros. Ciertamente preparáis respuesta mentirosa y perversa que decir delante de mí, entre tanto que pasa el tiempo. Decidme, pues, el sueño, para que yo sepa que me podéis dar su interpretación.
10 Los caldeos respondieron delante del rey, y dijeron: No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el asunto del rey; además de esto, ningún rey, príncipe ni señor preguntó cosa semejante a ningún mago ni astrólogo ni caldeo.
11 Porque el asunto que el rey demanda es difícil, y no hay quien lo pueda declarar al rey, salvo los dioses cuya morada no es con la carne.
12 Por esto el rey con ira y con gran enojo mandó que matasen a todos los sabios de Babilonia.
13 Y se publicó el edicto de que los sabios fueran llevados a la muerte; y buscaron a Daniel y a sus compañeros para matarlos.
14 Entonces Daniel habló sabia y prudentemente a Arioc, capitán de la guardia del rey, que había salido para matar a los sabios de Babilonia.
15 Habló y dijo a Arioc capitán del rey: ¿Cuál es la causa de que este edicto se publique de parte del rey tan apresuradamente? Entonces Arioc hizo saber a Daniel lo que había.
16 Y Daniel entró y pidió al rey que le diese tiempo, y que él mostraría la interpretación al rey.
17 Luego se fue Daniel a su casa e hizo saber lo que había a Ananías, Misael y Azarías, sus compañeros,
18 para que pidiesen misericordias del Dios del cielo sobre este misterio, a fin de que Daniel y sus compañeros no pereciesen con los otros sabios de Babilonia.
19 Entonces el secreto fue revelado a Daniel en visión de noche, por lo cual bendijo Daniel al Dios del cielo.
20 Y Daniel habló y dijo: Sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos, porque suyos son el poder y la sabiduría.
21 El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos.
22 El revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con él mora la luz.
23 A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza, y ahora me has revelado lo que te pedimos; pues nos has dado a conocer el asunto del rey.
24 Después de esto fue Daniel a Arioc, al cual el rey había puesto para matar a los sabios de Babilonia, y le dijo así: No mates a los sabios de Babilonia; llévame a la presencia del rey, y yo le mostraré la interpretación.
25 Entonces Arioc llevó prontamente a Daniel ante el rey, y le dijo así: He hallado un varón de los deportados de Judá, el cual dará al rey la interpretación.
26 Respondió el rey y dijo a Daniel, al cual llamaban Beltsasar: ¿Podrás tú hacerme conocer el sueño que vi, y su interpretación?
27 Daniel respondió delante del rey, diciendo: El misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos ni adivinos lo pueden revelar al rey.
28 Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días. He aquí tu sueño, y las visiones que has tenido en tu cama:
29 Estando tú, oh rey, en tu cama, te vinieron pensamientos por saber lo que había de ser en lo por venir; y el que revela los misterios te mostró lo que ha de ser.
30 Y a mí me ha sido revelado este misterio, no porque en mí haya más sabiduría que en todos los vivientes, sino para que se dé a conocer al rey la interpretación, y para que entiendas los pensamientos de tu corazón.
31 Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible.
32 La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce;
33 sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido.
34 Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó.
35 Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra.
36 Este es el sueño; también la interpretación de él diremos en presencia del rey.
37 Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad.
38 Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro.
39 Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra.
40 Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo.
41 Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido.
42 Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil.
43 Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro.
44 Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre,
45 de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación.
46 Entonces el rey Nabucodonosor se postró sobre su rostro y se humilló ante Daniel, y mandó que le ofreciesen presentes e incienso.
47 El rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio.
48 Entonces el rey engrandeció a Daniel, y le dio muchos honores y grandes dones, y le hizo gobernador de toda la provincia de Babilonia, y jefe supremo de todos los sabios de Babilonia.
49 Y Daniel solicitó del rey, y obtuvo que pusiera sobre los negocios de la provincia de Babilonia a Sadrac, Mesac y Abed-nego; y Daniel estaba en la corte del rey.

Bendiciones!

viernes, 9 de julio de 2010

La venida del Espíritu Santo

Hechos 2

1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.
2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;
3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.
4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
5 Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo.
6 Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua.
7 Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan?
8 ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido?
9 Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia,
10 en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de Africa más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos,
11 cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.
12 Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto?
13 Mas otros, burlándose, decían: Están llenos de mosto.

Primer discurso de Pedro

14 Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.
15 Porque éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día.
16 Mas esto es lo dicho por el profeta Joel:
17 Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños;
18 Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.
19 Y daré prodigios arriba en el cielo, Y señales abajo en la tierra, Sangre y fuego y vapor de humo;
20 El sol se convertirá en tinieblas, Y la luna en sangre, Antes que venga el día del Señor, Grande y manifiesto;
21 Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
22 Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis;
23 a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole;
24 al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.
25 Porque David dice de él: Veía al Señor siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido.
26 Por lo cual mi corazón se alegró, y se gozó mi lengua, Y aun mi carne descansará en esperanza;
27 Porque no dejarás mi alma en el Hades, Ni permitirás que tu Santo vea corrupción.
28 Me hiciste conocer los caminos de la vida; Me llenarás de gozo con tu presencia.
29 Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy.
30 Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono,
31 viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción.
32 A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
33 Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.
34 Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra,
35 Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.
36 Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.
37 Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?
38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
39 Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
40 Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.
41 Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.
42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.

La vida de los primeros cristianos

43 Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.
44 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas;
45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.
46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,
47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.

Bendiciones.

jueves, 8 de julio de 2010

LA PROFECÍA DE ELÍAS

He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y
terrible. El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los
hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición. (Mal. 4:
5, 6).
Los que deben preparar el camino para la segunda venida de Cristo están
representados por el fiel Elías, así como Juan vino en el espíritu de Elías a fin de
preparar el camino para la primera venida de Cristo.*
La obra de Juan el Bautista, y la de aquellos que en los últimos días saldrán con el
espíritu y el poder de Elías para despertar a la gente de su apatía, en muchos
sentidos es la misma. Su obra es la clase de obra que debe hacerse en este
tiempo. Cristo vendrá por segunda vez a juzgar al mundo con justicia.*
Juan se apartó de sus amigos y de los lujos de esta vida. La sencillez de su
vestimenta: Una túnica tejida con pelos de camello, era una permanente
reprensión a la extravagancia y la ostentación de los sacerdotes judíos y del
pueblo en general. Su alimentación, totalmente vegetariana, compuesta por
algarrobas y miel silvestre, era una reprensión a la complacencia del apetito y la
gula que prevalecían en todas partes. . . Se debe agitar el gran tema de la reforma
y despertar la conciencia pública. Debe relacionarse con el mensaje la
temperancia en todas las cosas, para apartar al pueblo de Dios de su idolatría, su
gula y su extravagancia en el vestir y en otras cosas.
La abnegación, la humildad y la temperancia requeridas de los justos, a quienes
Dios conduce y bendice especialmente, deben presentarse a la gente en contraste
con la extravagancia y los hábitos destructores de la salud de los que viven en
esta época degenerada. Dios ha mostrado que la reforma sanitaria está tan
íntimamente relacionada con el mensaje del tercer ángel como la mano con el
cuerpo.*
Tal como Juan el Bautista al preparar a la gente para la primera venida de Cristo
llamaba su atención a los Diez Mandamientos, nosotros debemos dar este
mensaje no con un sonido incierto: "Temed a. Dios, y dadle gloria, porque la hora
de su juicio ha llegado" (Apoc. 14: 7). Con el fervor que caracterizaban a Elías el
profeta y a Juan el Bautista, debemos luchar para preparar el camino de la
segunda venida de Cristo.*
ELENA DE WHITE
MARANATHA

Bendiciones!

miércoles, 7 de julio de 2010

lunes, 5 de julio de 2010

La nueva Jerusalén

9 Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero.
10 Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios,
11 teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal.
12 Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel;
13 al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas.
14 Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.
15 El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro.
16 La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales.
17 Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel.
18 El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio;
19 y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda;
20 el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista.
21 Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio.
22 Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.
23 La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina,y el Cordero es su lumbrera.
24 Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.
25 Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche.
26 Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella.
27 No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.
Apocalipsis 21.

Bendiciones!

viernes, 2 de julio de 2010

Permaneced en la doctrina de Cristo

2 Juan 1

4 Mucho me regocijé porque he hallado a algunos de tus hijos andando en la verdad, conforme al mandamiento que recibimos del Padre.
5 Y ahora te ruego, señora, no como escribiéndote un nuevo mandamiento, sino el que hemos tenido desde el principio, que nos amemos unos a otros.
6 Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos. Este es el mandamiento: que andéis en amor, como vosotros habéis oído desde el principio.
7 Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo.
8 Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo.
9 Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo.
10 Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: !!Bienvenido!
11 Porque el que le dice: !!Bienvenido! participa en sus malas obras.

Bendiciones!